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JAVIER AJA-DUBLÍN Tras la negativa de la Unión Europea a renegociar el Tratado de Niza, el Gobierno irlandés estudia la manera de presentar a su electorado una alternativa aceptable para celebrar otro referéndum. Los Quince descartaron ayer renegociar Niza a pesar de que Irlanda rechazó la semana pasada en referéndum este texto, que prevé la reforma de las instituciones comunitarias para la ampliación a los países del este y centro de Europa, y crea la estructura para poner en marcha la nueva política exterior y de defensa de la Unión.

De momento, el Gobierno irlandés ha optado por el silencio, al menos hasta hoy, cuando el primer ministro, Bertie Ahern, tiene previsto comparecer ante el Parlamento. Ahern tendrá que responder a los interrogantes planteados por la oposición al tratado y a las críticas de la frágil coalición de partidos que lo apoyó durante la campaña previa al referéndum.

Según un portavoz de la oficina de prensa de Ahern, el Gobierno analizará esta semana las causas del rechazo al referéndum y tratará de identificar los temores y preocupaciones que el Tratado de Niza despierta entre los irlandeses. Tras el Consejo de ministros de Exteriores de la Unión Europea en Luxemburgo, Cowen declaró que aún es «demasiado pronto» para pronunciarse sobre la salida a esta situación, así como sobre la posibilidad de convocar una nueva consulta popular.

Una de las alternativas que maneja el Ejecutivo de Dublín es la posibilidad de que los Quince aprueben una declaración adjunta al Tratado de Niza que garantice la neutralidad irlandesa ante posibles conflictos armados en los que pudieran intervenir tropas europeas. Este es, según el primer análisis de los medios de comunicación irlandeses, el asunto que quizá más ha influido en el electorado de la República para votar en contra del acuerdo.