La policía británica tuvo que emplearse a fondo ayer en Londres, donde 5.000 protestantes paralizaron la ciudad.

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Trabajadores de todo el mundo participaron ayer en la jornada reivindicativa del Primero de Mayo, que este año fue más pacífica que en años anteriores, pese a las alarmistas previsiones en algunos países. Medio millón de personas respondieron en Alemania al llamamiento de los sindicatos para reivindicar el pleno empleo y la reducción de las horas extraordinarias.

La manifestación central tuvo lugar en Rostock (este del país), donde los oradores principales fueron el canciller federal, Gerhard Schroeder, y el presidente de la Confederación de Sindicatos, Dieter Schulte.

Otro punto de especial atención policial fue Londres, después de los violentos incidentes que el año pasado generaron unos cincuenta heridos y pérdidas multimillonarias. La masiva presencia policial era hoy la nota dominante en la capital británica, donde las concentraciones estuvieron vigiladas por unos 6.000 agentes a pie, a caballo y en helicópteros. No obstante, algunos de los comercios más destacados de la ciudad protegieron sus escaparates con aglomerado de madera, ante la posibilidad de eventuales ataques.

Las manifestaciones en Francia estuvieron marcadas por el anuncio de despidos masivos en varias empresas, mientras que en Atenas más de 30.000 trabajadores protestaron contra la reforma del sistema de jubilaciones, pese a la retirada del plan gubernamental en tal sentido.

El Partido Comunista y los sindicatos rusos celebraron por separado con mítines y manifestaciones el Día de la Primavera y el Trabajo, reminiscencia de las pomposas fiestas de la época soviética. Fiestas que son aún especialmente señaladas en el único Estado socialista de América, donde el presidente Fidel Castro, tras destacar que en algunos países suelen darse casos de violencia en esta fecha, proclamó que «podríamos dar un millón de dólares, dos, diez, si encuentran una sola foto, un filme de una manifestación de estudiantes, de trabajadores, reprimidas» en Cuba.

Los sindicatos italianos pusieron la vista en la negociación de los convenios colectivos, que afecta a siete millones de empleados y que será objeto el miércoles de una reunión convocada por el Gobierno.