El estallido de violencia ha provocado un importante aumento de los desplazamientos.

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EFE - REDACCIÓN CENTRAL El alto el fuego llegó poco después de que las fuerzas militares y policiales macedonias lanzaran ayer mismo una «ofensiva» contra la posiciones rebeldes en las proximidades de Tétovo. El Gobierno, que cuenta con la participación de un partido de la minoría albanesa del país, actuó así después de recibir el respaldo contundente de la Unión Europea (UE), transmitido por su representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, en una visita a Skpoje.

Al mismo tiempo, continuó el flujo de desplazados, muchos de ellos macedonios de etnia albanesa, que huyen de los combates y que seguían llegando a Turquía y a la zona musulmana de Bosnia, entre otros lugares. La Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados cifra en 8.000 las personas (tanto albaneses como macedonios eslavos) desplazadas por la violencia que estalló hace una semana, casi la mitad de ellas ya refugiadas en otros países. La violencia en Macedonia, que algunos observadores creen que podría estar al borde de una guerra civil, será uno de los asuntos más urgentes a tratar en la cumbre que la UE celebrará esta semana en Estocolmo.

El primer ministro de Suecia, Goran Persson, cuyo país preside la UE este semestre, envió ayer a sus colegas una carta en que les invita a discutir la cuestión en una cena el viernes próximo, en presencia de Solana. El presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, ya abordaron el problema en su reunión esta noche en el suroeste de Alemania, e indicaron que los líderes albaneses de Kosovo deben actuar para frenar la actividad de los extremistas albaneses en la vecina Macedonia.

Solana, en su visita a Skopje, abogó por un arreglo negociado entre los macedonios eslavos y la minoría albanesa, que supone la tercera parte de la población según muchos cálculos, aunque «sólo» la cuarta parte en el último censo oficial. El «Señor PESC» de la UE, al tiempo que pidió negociaciones, habló por primera vez de «terroristas», a los que advirtió de que «nada se puede lograr mediante la violencia», en evidente alusión al Ejército de Liberación Nacional (UCK), la guerrilla que comparte insignia con el UCK kosovar.