TW
0

Las negociaciones entre representantes del primer ministro electo de Israel, el derechista Ariel Sharon, y del Partido Laborista para la formación de un eventual Gobierno de unidad nacional entraron ayer en un callejón sin salida. «Ahora esto parece un diálogo de sordos, ya que Sharon no está dispuesto a decidir a dónde se dirige su Gobierno: si hacia la paz o hacia una política de separación de los palestinos y una interrupción de las conversaciones con estos», dijo el laborista Ofir Pines, representante de su grupo en las negociaciones.

En opinión del diputado laborista, Sharon «quiere comer la tarta y que ésta quede entera, en el sentido de que quiere que en su próximo Gobierno se incluyan tanto el Partido Laborista como todos sus aliados de la derecha radical». El representante de Sharon, Ehud Olmert, consideró que «no puede ser que se cree una impresión errónea, como si las negociaciones se celebrasen entre una parte que tiene problemas (los laboristas) y otra (el Likud) que no tiene ninguno».