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RAFAEL CAÑAS-WASHINGTON George W. Bush va a emprender una reforma a fondo de los planes de defensa del Pentágono, que incluiría una reducción del arsenal nuclear y la puesta en marcha del sistema de defensa antimisiles. El presidente firmó ayer tres directivas que buscan reformar totalmente el concepto de defensa, con una revisión de los conceptos teóricos, del tipo de armamento necesario y de las prioridades presupuestarias.

Se trata de «una revisión de la defensa, un estudio integral de lo que está ocurriendo en las fuerzas armadas de hoy. De buscar oportunidades para el cambio», indicó ayer Bush, quien evitó hablar de las armas nucleares. Los resultados de esta revisión a fondo podrían estar listos para los próximos seis meses, según el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

Las medidas pueden tener un impacto profundo en la forma en que Washington elabora y pone en marcha su política de defensa, desde la identificación de sus enemigos probables hasta el uso de nuevos tipos de armas de alta tecnología y el abandono de otras. El objetivo más llamativo es una reducción drástica del arsenal nuclear estadounidense, lo que Bush podría ofrecer como moneda de cambio a Rusia para superar las objeciones al sistema de la defensa antimisiles (NMD).

EE UU dispone actualmente de algo más de 7.500 cabezas nucleares, frente a las 6.400 que tiene aproximadamente Rusia, y según el tratado START-II debería bajar hasta unas 3.500, pero los asesores de Bush estudian bajar incluso hasta 2.500-2.000. Esa cifra sería muy atractiva para Rusia, que desea la reducción por motivos presupuestarios pero no quiere hacerla de forma unilateral.