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EFE - CAMP ZEIST El veredicto sobre el caso Lockerbie fue adoptado por unanimidad de los tres jueces que componen el tribunal, Lord Ranald Sutherland (presidente), Lord John Taylor Cameron Coulsfield y Lord Ranald Mac Lean, informaron fuentes jurídicas. La culpabilidad de Al Megrahi implica su condena a cadena perpetua, conforme al derecho penal escocés. El principal factor que indujo a los jueces a su condena es que fue reconocido por uno de los testigos, Tony Gauci, un ciudadano de Malta que declaró que Megrahi se parecía a la persona que había comprado en su tienda la ropa hallada en la maleta que contenía el explosivo que provocó la catástrofe aérea.

Según la sentencia, de esa prueba «se puede concluir que el primer acusado, Megrahi, es la persona que adquirió la ropa». El Tribunal aceptó también que dicha compra se efectuó el 7 de diciembre de 1988, el mismo día que el ciudadano libio llegó a Malta. Tras escuchar el veredicto, el abogado de Al Megrahi, William Taylor, insistió en la inocencia de su cliente y preguntó al presidente del tribunal cuánto tiempo supondrá en realidad la condena a cadena perpetua y que tengan en cuenta que ya permaneció en prisión desde el 5 de abril pasado. La defensa puede apelar la sentencia ante el mismo tribunal que ha juzgado el caso y para ello disponen de dos semanas a partir de ayer para decidir si apelan. Una vez decidido, tendrán seis semanas para preparar el recurso de apelación ante el mismo tribunal de Camp Zeist.

La no culpabilidad de Amin Jalifa Fahima comporta su absolución en el caso y la posibilidad de regresar libre a Trípoli. La acusación argumentó que, aprovechándose de esa cobertura, los dos presuntos agentes libios cargaron en un avión hacia Fráncfort la maleta con el explosivo plástico que terminaría provocando el estallido del vuelo 103 de la compañía estadounidense Pan Am sobre la pequeña localidad escocesa de Lockerbie, el 21 de diciembre de 1988.

El aparato, un Boeing 747, estalló a 31'000 pies de altitud, tres cuartos de ahora después de su despegue del aeropuerto londinense de Heathrow con rumbo a Nueva York. El atentado costó la vida a los 259 ocupantes del avión y a once habitantes de Lockerbie, en lo que constituyó el mayor desastre aéreo registrado en el Reino Unido.