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El ex presidente del Consejo Constitucional francés Roland Dumas negó ayer ante los jueces haberse servido de su influencia como ministro de Exteriores en 1989 para que la petrolera Elf contratara a su entonces amante, Christine Deviers-Joncour. Dumas rebatió todos los cargos que se le reprochan en el proceso del primer sumario sobre el escándalo de corrupción de Elf que llega a juicio relacionado con las generosas comisiones (9'7 millones de euros) que la petrolera pagó a Deviers-Joncour entre 1983 y 1993, y en el que están inculpadas otras seis personas.

El que fuera fiel compañero de ruta del socialista Francois Mitterrand y quinta autoridad del Estado francés cuando presidió el Consejo Constitucional arremetió contra las juezas de instrucción por estar más interesadas en cartas anónimas que les llegaban, arguyó, que en el esclarecimiento de la verdad.

Dumas, de 78 años, está acusado de «complicidad y encubrimiento de abuso de bienes sociales» a expensas de la petrolera, por haberse supuestamente beneficiado de las espléndidas comisiones que Elf desembolsó -cuando era ministro de Exteriores- a Deviers-Joncours, a la que habría ayudado a ser contratada por la petrolera.

Sin embargo, el que fuera «delfín» de Mitterrand, rechazó ayer haber estar implicado en malversaciones por parte de Elf en beneficio de su antigua colaboradora y compañera sentimental, a la que ha ignorado desde la apertura de este esperado juicio.