La investigación ha despertado una gran atención en los medios de comunicación.

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EFE - SANTIAGO La Justicia chilena puso ayer, jueves, de nuevo al ex dictador Augusto Pinochet al borde del banquillo, al rechazar los últimos recursos con que su defensa trataba de impedir su procesamiento sin incurrir en un franco desacato. La Corte Suprema de Justicia, en una resolución aprobada en su plenario por quince votos a dos, dio un rotundo respaldo al juez a cargo del caso, Juan Guzmán Tapia, que había sido acusado por la defensa de hostigar al desaforado senador vitalicio, argumento con el que había llegado a pedir el jueves su remoción.

La defensa consideró como hostigamiento la decisión del juez Guzmán de practicar a Pinochet los exámenes médicos los días 7 y 8 de enero e inmediatamente después, el día 9, someterlo a una declaración indagatoria, lo que directamente significa sentar al ex dictador, por primera vez, en el banquillo de los acusados. Los exámenes médicos tienen por objeto determinar si Pinochet está en condiciones mentales y neurológicas de comparecer en un juicio, mientras el interrogatorio es el único trámite que el juez Guzmán necesita cumplir para procesar nuevamente al ex gobernante militar.

El magistrado considera que hay fundamentos suficientes para procesar a Pinochet como autor intelectual de 18 secuestros y 57 homicidios en el caso de la «Caravana de la Muerte» una comitiva militar que en 1973 ejecutó sin juicio a 75 presos políticos en un recorrido por varias ciudades del país.

El pasado 1 de diciembre, Guzmán procesó a Pinochet, para lo cual consideró como declaración indagatoria un cuestionario que le había enviado a Londres, en 1999, cuando el ex dictador estaba detenido en la capital británica, sujeto a un juicio de extradición a España. A través de la resolución de ayer, el plenario de la Corte Suprema rechazó un recurso presentado hace una semana por la defensa de Pinochet, y mantuvo en todas sus partes el cronograma establecido por Guzmán.