Yaser Arafat se reunió anoche con Bill Clinton en la Casa Blanca.

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EFE-WASHINGTON La reunión entre Bill Clinton y Yaser Arafat, convocada oficialmente para «clarificar» las ideas del presidente estadounidense y continuar las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos continuó ayer noche en un intento más de convencer al líder palestino. Arafat y Clinton reanudaron anoche sus conversaciones en la Casa Blanca, después de que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina dejara la mansión tras dos horas de discusiones. Arafat dejó la Casa Blanca, con gesto preocupado y acompañado en formación cerrada por sus colaboradores más estrechos, ninguno de los cuales quiso hacer declaraciones.

«Espero que vuelvan a reunirse esta noche», indicó una fuente estadounidense, que no dio más precisiones dentro del mutismo común que emplearon ambas partes. Ni Clinton y Arafat realizaron declaraciones al comienzo de la reunión, en la que se limitaron a posar brevemente para los fotógrafos. Las dos horas de reunión no ofrecieron el menor atisbo de que pueda haber avance en las negociaciones para un acuerdo de paz definitivo entre israelíes y palestinos.

Oficialmente, la reunión tenía el objetivo de clarificar a Arafat algunos detalles de la propuesta estadounidense para continuar las negociaciones. «Esta no es una reunión para negociar», explicó antes del encuentro el portavoz de la Casa Blanca, Jake Siewert, quien reconoció que «no hay duda de que Arafat necesitará algo de tiempo para hacer consultas antes de tomar una decisión». Sin embargo, otros funcionarios señalaron que Clinton podría intentar presionar al líder palestino para que éste acepte sus ideas como base de nuevas conversaciones.

La continuación de las conversaciones de la Casa Blanca, que fueron convocadas ayer lunes de forma inesperada, volvió a poner de relieve la premura de tiempo que afrontan los negociadores en Oriente Medio. «El tiempo es esencial» para la continuación de las negociaciones hacia un acuerdo de paz definitivo, ya que «hay demasiada violencia» entre ambas partes, reconoció Siewert. El tiempo escasea en primer lugar porque Clinton, el principal motor de las negociaciones, deja la presidencia en 18 días, y en segundo por la incertidumbre política que existe en Israel, que celebrará elecciones el 6 de febrero.