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JOSÉ DELGADO - WASHINGTON
El Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió ayer examinar la legalidad de los recuentos manuales de votos en Florida, lo que retrasa una semana más el resultado final de las elecciones presidenciales de este país. Los jueces del más alto foro judicial estadounidense convocaron a una audiencia para el 1 de diciembre y media y en la cual pasarán juicio sobre la decisión del Supremo de Florida de validar los recuentos manuales en los condados de Broward y Palm Beach.

«Se concede la petición», indicó en una breve declaración el Supremo estadounidense, que ha exigido a los abogados de las partes, el candidato republicano George W. Bush y el demócrata Albert Gore, presentar argumentos escritos a mediados de la próxima semana. Los jueces notificaron a los abogados de Bush y Gore que quieren sus comentarios en torno a si la decisión del Supremo de Florida que autorizó los recuentos manuales cumple con la ley federal.

Al validar los escrutinios manuales, el Supremo de Florida ordenó a los condados que entreguen sus nuevos resultados el lunes a la secretaria de Estado, Katherine Harris, quién puede certificar el ganador de los comicios presidenciales en su estado. Mientras, Al Gore está decidido a luchar hasta el final por la Casa Blanca aun a costa de recursos e impugnaciones, pero algunos demócratas empiezan a pensar que ya está bien y que empieza a ser hora de que reconozca su derrota.

Tras el revés que supuso para los intereses de Gore la negativa del Tribunal Supremo de Florida a obligar al condado de Miami-Dade a reanudar el recuento manual de votos, muchos demócratas, incluso próximos al vicepresidente, creen extraoficialmente que ha llegado el momento de pensar en tirar la toalla.