TW
0
R. SARALEGUI - BUENOS AIRES La vía abierta hace meses por el juez Baltasar Garzón para procesar a Augusto Pinochet fuera de Chile, que parecía muerta tras el regreso del dictador a su país después de haber estado detenido en Londres, revivió ayer con la decisión de la justicia argentina de solicitar a la Interpol la detención de desaforado senador vitalicio y su extradición por el asesinato del general Carlos Prats y su esposa en Buenos Aires en 1974.

El juez federal Juan José Galeano ordenó a la Interpol que detenga a Pinochet y pidió a Chile que extradite al anciano general, a quien se acusa de liderar una asociación ilícita que funcionó en Argentina para perseguir y asesinar a ciudadanos chilenos. Por este doble homicidio, un tribunal oral juzga en Buenos Aires al ex presunto agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) Enrique Arancibia Clavel, a quien se responsabiliza de haber realizado las tareas previas al atentado.

Prats y su esposa murieron el 30 de septiembre de 1974 cuando el coche con el que llegaban a su casa fue destruido por un poderosísimo explosivo, hasta tal punto que el techo del coche apareció en el balcón de un séptimo piso de un edificio vecino. Este atentado fue presuntamente ejecutado por la DINA, la disuelta policía secreta que torturó y ejecutó a miles de chilenos por orden del ex hombre fuerte del país trasandino.

El ministro de Exteriores argentino, Adalberto Rodríguez, anunció que si la demanda cumple los requisitos del tratado de extradición entre Argentina y Chile, se tramitará.