Clinton, que aparece junto a Robert De Niro, logró su objetivo de ralentizar el fuerte crecimiento de EE UU.

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Los mercados monetarios han dado la razón al Banco Central Europeo, a la Comisión, a los gobiernos de los «once» y a los analistas, que afirmaban que la solución a los problemas de la moneda única estaba al otro lado del Atlántico. Sin embargo, las expectativas de subidas del precio del dinero en la Zona Euro continúan en el horizonte, ya que la masa monetaria (M3) creció en septiembre un 5'5 por ciento, continuando el proceso de desaceleración iniciado en el verano, pero un punto por encima del objetivo del BCE.

Tras conocerse la primera estimación del incremento del Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos en el tercer trimestre de este año, que pone de manifiesto la ralentización de su economía, el euro, que se cambiaba a 0'8297 dólares a la apertura del mercado, subió, llegado a cotizar en el Mercado de Divisas de Londres a 0'8430 unidades a las 17.00 (hora española). El Departamento de Comercio estadounidense sitúa el crecimiento de la economía norteamericana en el 2'7 por ciento interanual.

La recuperación de la moneda única permitió al BCE fijar el cambio oficial del euro en 0'8324 dólares, lo que pone el precio del dólar en 199'8 pesetas, casi dos menos que el jueves. Las autoridades europeas han visto como los mercados de divisas confirmaban su esperanza de que el euro se apreciara en cuanto la economía estadounidense diese síntomas de ralentizar su crecimiento.

Pero no todo son buenas noticias para la Zona Euro. Ayer se han conocido los datos de la evolución monetaria en los once países que la forman, revelando que la masa monetaria (M3) creció un 5'5 por ciento en septiembre respecto al mismo mes de 1999, lo que supone que continúa el proceso de desaceleración iniciado en el verano (en agosto aumentó un 5'6 por ciento).