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JAVIER GARCÍA - FRÀNCFORT El euro continuaba ayer bajo mínimos, mientras que los mercados especulaban con la posibilidad de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, presente su dimisión, algo que portavoces oficiales de la entidad han negado rotundamente. Fuentes del BCE calificaron de «absoluta locura» que Duisenberg haya renunciado a su cargo o tenga intención de hacerlo, tal como aseguraban algunos medios financieros de Fráncfort ayer por la mañana.

El propio jefe de relaciones externas del eurobanco, Manfred Koerber, declaraba tras extenderse los rumores en el mercado, que tales especulaciones «carecen de cualquier fundamento». Las especulaciones sobre la dimisión del máximo responsable de la autoridad monetaria europea se desataron en los mercados después de que muchas voces responsabilizasen a Duisenberg de la nueva caída en picado el lunes de la moneda única.

Los agentes de divisas y varios analistas financieros interpretaron, a raíz de las declaraciones del presidente del BCE el lunes al diario londinense «The Times», que el banco no tiene intención de intervenir de nuevo en los mercados en apoyo del euro. O al menos, que no adoptará esta medida conjuntamente con las principales autoridades monetarias mundiales hasta que mejore la situación en Oriente Próximo. El euro cedió el lunes más de un céntimo tras las palabras de Duisenberg y volvió a aproximarse al mínimo histórico del pasado 20 de septiembre, cuando llegó a cambiarse a 0'8443 dólares.

Ayer, sin embargo, la moneda común conseguía volver a situarse, aunque muy tímidamente, por encima de la barrera psicológica de los 0'85 dólares. El BCE fijó el cambio oficial de la divisa común en 84'96 dólares, con lo que el 'billete verde' cuesta 195'8 pesetas. Se trata del segundo peor cambio oficial de la historia de la moneda única.