Camioneros holandeses cortaron ayer la carretera que une Roterdam con la ciudad de Breda.

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La jornada comenzó con la confirmación oficial del acuerdo por parte de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) de aumentar su producción total en un 3'1 por ciento. «A partir del primero de octubre, lanzaremos al mercado 800.000 barriles diarios adicionales», prometió el secretario general de la OPEP, Rilwanu Lukman, en rueda de prensa tras concluir la CXI conferencia ministerial. Además, añadió que la OPEP aumentará en noviembre su producción si el barril de crudo no cae por debajo de los 28 dólares.

El incremento de ayer dejó de momento impasibles a los mercados. En Londres, tras una leve secuencia a la baja en la apertura, el petróleo volvió a dispararse reanudando así su espiral alcista de las últimas semanas. En el mercado de futuros, el crudo Brent subía en la media sesión 0'85 dólares y se cotizaba a 33'63 dólares el barril, un 2'4 por ciento superior al cierre del viernes. En Nueva York, el precio del barril de crudo seguía hoy por encima de los 35 dólares y el del gasóleo subía más de un 4 por ciento.

Esta falta de respuesta en los mercados hizo coincidir la opinión de los analistas de que el aumento de cuotas decidido por los productores es insuficiente para compensar la demanda y aumentar el nivel de reservas almacenadas. La impresión de los operadores es que los 800.000 barriles adicionales diarios irán directamente a las reservas, lo que puede dar lugar a una nueva espiral de precios en los meses venideros.

Además, los expertos alertan sobre la posibilidad de que muchos países de la OPEP no puedan cumplir rápidamente con sus aumentos prometidos, ya que sólo Arabia Saudí tiene esa capacidad real para aumentar su producción de manera inmediata. Para colmo, la industria del refinado ya trabaja prácticamente al cien por cien de su capacidad, por lo que más petróleo no significa inmediatamente más gasolina o gasóleo.