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EFE - SANTIAGO Con Augusto Pinochet ausente, reflexiones, homenajes a los caídos y mensajes conciliadores en distintos sectores los chilenos recordaron ayer el 27 aniversario del golpe militar que en 1973 derrocó al Gobierno socialista de Salvador Allende. Quienes fueron partidarios de Allende y víctimas de la acción que encabezó Pinochet se congregaron en las afueras del Palacio de La Moneda, mientras los militares y partidarios del régimen instaurado aquel día asistieron a una misa en la Escuela Militar, en la que no estuvo el dictador. En tanto, el actual presidente chileno, Ricardo Lagos, invitó a sus compatriotas a mirar hacia el futuro y sostuvo que para él, ayer fue un día más de trabajo.

Mientras Lagos esquivaba así referirse más profundamente a la importancia de la jornada, Hortensia Bussi, viuda de Salvador Allende, expresó su deseo de ver a Augusto Pinochet «derramar una lágrima». «Hace mucho tiempo que los chilenos queremos oír por una vez que Pinochet pida perdón, que ojalá derramara una lágrima, porque todos los demás hemos llorado tanto», dijo Hortensia Bussi, al participar en un acto en el monumento al presidente Allende, frente al Palacio de La Moneda.

En la oportunidad, el senador Ricardo Núñez, presidente del Partido Socialista, invitó a todos los sectores, de izquierda y derecha, «a que asuman sus propias responsabilidades», como única vía, a su juicio, para llegar a una verdadera reconciliación. Núñez admitió que la reticencia en ambos lados para reconocer sus responsabilidades en los hechos que desembocaron en el cruento episodio de hace 27 años ha dificultado el reencuentro entre los chilenos. El dirigente recordó que hasta el último día del Gobierno de Allende funcionaron en Chile todas las instituciones, el Parlamento y los partidos políticos, por lo que a su juicio, nadie puede negar que tuvo alguna responsabilidad en la crisis.