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El monto de las compensaciones económicas a los deudos de los tripulantes del submarino nuclear «Kursk» ha desatado una fuerte polémica por el agravio comparativo a los familiares de soldados y policías rusos muertos en Chechenia.

«El precio de la vida no debe depender del lugar de la muerte», titulaba ayer el diario «Nezavísimaya Gazeta», que recalca que el Gobierno «puede y debe hallar recursos para indemnizar a las familias de todos los militares muertos en servicio». El despliegue propagandístico con que el Gobierno anunció los pagos a los parientes de los tripulantes del «Kursk», hundido el pasado día 12, ha sido totalmente contraproducente.

De otra parte, el vicealmirante noruego Einar Skorgen, responsable de las labores de rescate del «Kursk», afirma que una explosión de gas causó el hundimiento en el Artico del mayor submarino atómico ruso. Skorgen considera que la teoría rusa de la colisión no puede «ser tomada en serio» por el resto del mundo.