En la imagen, un montaje que explica cómo se quiere culminar el rescate.

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AGENCIAS-MOSCÚ Los buzos noruegos no descartaron del todo que haya supervivientes a bordo del submarino nuclear «Kursk», según informó ayer el mando de la Armada rusa. La agencia oficial rusa ITAR-TASS comunicó que los buzos detectaron bolsas de aire en los compartimentos séptimo y octavo del «Kursk», hundido el pasado día 12. «Por lo visto, allí pueden quedar supervivientes, aunque muy pocos», dijo la agencia rusa, que cita fuentes navales en estrecho contacto con los buzos noruegos. La cadena estatal de televisión mostró al mismo tiempo las primeras imágenes de los trabajos de rescate del «Kursk», a 107 metros de profundidad.

Con grandes tenazas hidráulicas, los buzos noruegos intentaron abrir la escotilla de emergencia del submarino, donde horas antes detectaron la presencia del cuerpo de uno de sus tripulantes. La imágenes mostraron con nitidez cómo dos buzos trataban de forzar la escotilla atrancada, mientras otro daba golpes con un martillo especial para detectar si dentro había agua o aire. El hallazgo de las bolsas de aire insufló aparentemente nuevos ánimos a los buzos noruegos y les hizo cambiar sobre la marcha su decisión anterior de no arriesgarse a entrar por la escotilla debido al excesivo volumen de sus escafandras.

Actualmente se están determinando los voluntarios y «hay seguridad de que varias personas aceptarán» entrar en el submarino una vez que se consiga abrir la escotilla, dijo Iliá Klebánov, el viceprimer ministro que supervisa la operación de rescate. Un tripulante del submarino nuclear ruso «Kursk» intentó hasta el último minuto abandonar la nave hundida, pero quedó atrapado en la escotilla de emergencia, según las conclusiones de los buzos noruegos que descendieron ayer hasta el sumergible. Entre las escotillas «hay una persona», informó la cadena estatal de televisión RTR, la única que emite desde la zona del mar de Barents. Visiblemente nervioso, el corresponsal de la RTR Arkadi Mámontov dijo que la «situación es extraordinariamente complicada» y añadió que «no se sabe si la persona está viva o muerta».