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EUROPA PRESS/EFE - WASHINGTON El Consejo de Gobernadores de la Reserva Federal Estadounidense (Fed) anunció ayer una subida de los tipos de interés de medio punto, hasta situar el tipo oficial en el 6'50 por ciento, con el objetivo de contraer el consumo y frenar el recalentamiento de la economía norteamericana. Los mercados y analistas daban por descontado esta subida, que es la mayor registrada desde febrero de 1995, a pesar de los buenos datos de la inflación estadounidense hechos públicos ayer por el Departamento de Trabajo. El Índice de Precios de Consumo (IPC) se mantuvo invariable en abril, lo que situó la tasa interanual en el 3 por ciento.

El consejo de la autoridad monetaria estadounidense argumentó que este encarecimiento del precio del dinero, que sitúa los tipos de interés al mismo nivel de enero de 1991, responde al excesivo incremento de la demanda y a la rápida evolución de la economía estadounidense, factores que ejercen una excesiva y continua presión sobre las fuentes de producción.

De esta forma, la entidad que preside Alan Greenspan manifestó su preocupación por la prolongada disociación entre el crecimiento de la demanda y la oferta potencial, lo que podría agravar las tensiones inflacionistas sobre la economía estadounidense y mermar el excepcional ciclo expansivo que atraviesa desde hace nueve años. El consejo reitera que esta medida de endurecimiento monetario, la sexta subida de tipos registrada a lo largo del año, se inscribe en su política monetaria, cuyo objetivo es garantizar una estabilidad de precios a largo plazo y un crecimiento económico sólido y prolongado.

No obstante, los expertos prevén nuevas subidas de los tipos antes de que finalice el año, hasta situar el tipo oficial en torno al 7 por ciento, de acuerdo a las recomendaciones que realizó la pasada semana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En su informe, publicado el pasado 11 de mayo, la OCDE pronosticaba un crecimiento de la economía norteamericana del 4'5 por ciento en 2000, y ponía de manifiesto el desmesurado gasto de los estadounidenses, muy por encima de la oferta potencial.