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El ex ministro francés de Exteriores, el socialista Roland Dumas, que deberá sentarse en el banquillo junto a su ex amante y colaboradora Christine Deviers-Joncour en relación con el escándalo de Elf, se convirtió ayer en el primer presidente del Consejo Constitucional que dimite por razones judiciales
El que fuera el fiel colaborador del presidente francés, Francois Mitterrand, tiró finalmente la toalla y anunció ayer su dimisión como presidente y miembro del Consejo en un nuevo episodio del «culebrón» que ha copado muchas primeras páginas en los últimos dos años.

Desde que le salpicó el escándalo en 1998, Dumas, de 77 años, ha negado toda culpabilidad y esgrimió la «presunción de la inocencia» para aferrarse al cargo, para el que fue nombrado por Mitterrand en 1995 en uno de sus últimos actos presidenciales por el que le confería el rango de quinta autoridad del Estado francés. Pero el ex ministro ya no pudo resistirse más a las presiones prácticamente unánimes, tanto políticas como por parte de los otros ocho jueces del Consejo Constitucional, desde que hace dos semanas las jueces anticorrupción Eva Joly y Laurence Vichnievsky decidieron que será juzgado para responder de los cargos de «complicidad y encubrimiento de abuso de bienes sociales».

Dumas, de 77 años, es sospechoso, según la Fiscalía, de haber favorecido la contratación de Deviers-Joncour por Elf en 1989 "cuando él era ministro de Exteriores" y de haberse beneficiado de parte de los 9'9 millones de euros presuntamente abonados de forma indebida por la petrolera a ésta entre ese año y 1993. Según la Fiscalía, Dumas sabía que los fondos de los que «él se beneficiaba y el piso que utilizaba tenían un origen fraudulento». Parte del dinero abonado de forma presuntamente indebida por Elf a Deviers-Joncour se destinó a la compra de un suntuoso apartamento de 320 metros cuadrados en París.

Dumas no hizo comentarios al anunciar que entregó anoche su carta de dimisión al «número uno» interino del Consejo Constitucional, Yves Guéna, y que iba a hacer llegar otra carta hoy mismo al jefe de Estado, Jacques Chirac.

Chirac tiene un máximo de un mes para nombrar a un nuevo miembro y también a un nuevo presidente del Consejo, que será probablemente el actual interino Guéna.