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La crisis en que se encuentra el proceso de para Irlanda del Norte sigue sumida en sombrías perspectivas tras la reunión que celebraron ayer los primeros ministros del Reino Unido, Tony Blair, e Irlanda, Bertie Ahern, con los principales partidos del Ulster, que se desarrolló sin progresos aparentes. Tras una serie de conversaciones bilaterales y con los líderes de los principales partidos políticos norirlandeses que se prolongaron durante más de tres horas en su oficina del 10 de Downing Street, el primer ministro británico descartó que se pueda restaurar de modo inmediato la autonomía en el Ulster.

Según Blair, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) aún no ha entregado un calendario que especifique cómo y cuándo entregará sus armas. Por su parte, el jefe del Gobierno irlandés insistió en que Londres y Dublín no pueden resolver la crisis sin la participación de los partidos norirlandeses. Poco antes, el líder del Sinn Fein (brazo político del IRA), Gerry Adams, descartó que pueda producirse una nueva revisión del proceso de paz en tanto no se restauren las instituciones autonómicas, que fueron suspendidas el pasado viernes. Según Adams, que se reunió por separado con Blair y Ahern, el proceso de paz se encuentra en la peor crisis de su historia.

El acuerdo de paz, suscrito el 10 de abril de 1998, «yace en la papelera», afirmó Adams, quien subrayó que las instituciones autonómicas suspendidas el pasado viernes «han quedado destrozadas». Ahern y Blair trataban de encontrar una solución al estancamiento del proceso de paz después de que el IRA se haya retirado de las negociaciones sobre desarme.