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La Reserva Federal estadounidense (Fed) ajustó ayer, como esperaban y venían descontando los mercados, su política monetaria, elevando un cuarto de punto los tipos de interés a corto plazo, para situar en un 5'75 por ciento, y dejando entrever que esta contracción podría ser seguida por otra próximamente. La bolsa de Wall Street, que había anticipado la decisión, reaccionó con moderación.

Su índice principal, el Dow Jones, perdió 32'85 puntos (un descenso del 0'30 por ciento) al cierre, tras una ganancia de 43'44 puntos justo antes del anuncio de su decisión. Al explicar su decisión conforme a su nueva política de comunicación, la Fed se manifestó «inquieta» por la posibilidad de tensiones inflacionistas derivadas del hecho de que «a la larga el crecimiento de la demanda continuará sobrepasando el crecimiento de la oferta, aún teniendo en cuenta la neta progresión de la productividad».

«Esos desequilibrios», prosigue el Comité Monetario, «podrían provocar desequilibrios inflacionistas que podrían frenar la expansión económica récord». La economía norteamericana, que entra en su noveno año de expansión, el periodo de crecimiento más largo de su historia, terminó el año de 1999 en situación inmejorable.

El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) alcanzó el 5'8 por ciento en el cuarto trimestre en ritmo anual y el 4 cuatro por ciento en el conjunto año, un ritmo considerado insostenible por el conjunto de los economistas.

Aunque no hay por el momento signos evidentes de inflación, con un índice de precios del consumo situado en el 2'7 por ciento en 1999, han comenzado a aparecer señales subyacentes. De esta manera, los costos salariales aumentaron un 1'1 por ciento en el cuarto trimestre, lo que puede inquietar a la Fed en un contexto de desempleo muy bajo (4'1 por ciento).

Debido a las dificultades para encontrar personal, los empresarios aumentan los salarios, lo que provoca alzas de precios. «Los riesgos se inclinan hacia tensiones inflacionistas en un futuro próximo», señaló la Fed en el comunicado.

Por otra parte, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) no subirá los tipos básicos de interés en la eurozona en su reunión de hoy, a pesar de la fuerte depreciación del euro en los últimos días, según la mayoría de los analistas que siguen su política monetaria.