Fuerzas especiales del Ejército ruso saludan desde un blindado cerca de la frontera con Chechenia.

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FRANCE PRESS - MOSCÚ Por el momento es imposible saber si dicho despliegue ruso era el inicio de la operación terrestre esperada, o simplemente el establecimiento del cordón de seguridad que Moscú quiere instaurar alrededor de Chechenia para aislarla e impedir que los rebeldes se infiltren en el resto del territorio ruso. Los soldados rusos entraron en la noche de ayer en la república independentista y se encuentran frente a las tropas chechenas, que no han reaccionado por el momento.

Dichas unidades, provenientes de Daguestán y de la región de Stavropol (sur de Rusia), penetraron en el interior de Chechenia, desplegándose en una franja de unos 80 kilómetros de ancho en los distritos de Chelkovskaia y Naurskaia (norte), según el responsable de la región de Naurskaia, Taus Baguraev.

A mediodía, las fuerzas rusas avanzaron 15 kilómetros en el interior de la república, instalándose en los alrededores de un poblado de pastores, Buruni, en el distrito de Naurskaia. Ningún enfrentamiento se produjo en la mañana de ayer, según las mismas fuentes, que precisaron que los chechenos construyen trincheras ante las unidades rusas. Según la televisión rusa NTV, las tropas rusas hacen lo mismo.

En Moscú, el Ministerio de Defensa no confirmó, ni desmintió estas informaciones. Aunque algunos oficiales rusos confirmaron la incursión denunciada por Chechenia. Por la tarde, un responsable local de Grozni anunció que un total de diez soldados rusos murieron ayer en Chechenia. El estado mayor de crisis de la Presidencia chechena indicó por otra parte, que blindados rusos provenientes de Osetia del Norte hicieron una breve incursión en la región de Bamut (sudoeste) antes de regresar a sus posiciones.

Mientras, en Moscú se debatía sobre si había habido intervención terrestre en Chechenia entre el silencio del Estado Mayor ruso y las ambiguas declaraciones del primer ministro, Vladimir Putin, que declaraba hace pocas horas que Rusia no reconoce el Gobierno de Aslan Masjadov, elegido democráticamente en 1997, ya que fue elegido al margen de las leyes rusas. De esta forma, Putin aprobaba implícitamente la ofensiva terrestre.