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Las elecciones europeas provocan una crisis en los países gobernados por los socialistas, tras el triunfo arrollador del centro derecha. El caso más claro es en Bélgica, donde se abre una crisis política causada por el escándalo de las dioxinas.

El rey Alberto aceptó la dimisión del gobierno, presentada por el primer ministro, Jean-Luc Dehaene, anunció ayer el Palacio Real.
El monarca belga encargó al gobierno la gestión de los asuntos corrientes, a la espera de la formación de un nuevo gabinete, según la misma fuente.
La sanción del electorado a los partidos que forman la coalición de gobierno -socialcristianos y socialistas y el progreso de liberales, verdes y ultraderecha en Flandes, son los principales resultados de las elecciones legislativas, regionales y europeas celebradas el pasado domingo en Bélgica. Los socialcristianos flamencos (CVP) de Jean-Luc Dehaene, perdieron por primera vez tras 41 años de poder la hegemonía en Flandes, en beneficio de los liberales flamencos (VLD).

La formación del próximo gobierno, sin embargo, se anuncia muy complicada, ya que serán necesarios de cuatro a cinco partidos para obtener la mayoría necesaria en el congreso federal.

Horas después de su dimisión el ministro belga de Sanidad, Luc Van den Bossche, anunció ayer la retirada del mercado de todos los productos de la compañía estadounidense Coca-Cola, tras la intoxicación de decenas de niños la semana pasada. De momento, se desconocen las razones oficiales de esta medida, que afecta a todos los productos de la marca, sea cual sea su envase, en botellas de plástico o de vidrio o latas.