Los ministros de Exteriores del G-7 más Rusia se reunieron ayer en Alemania para redactar la resolución para el final de la guerra en Yugoslavia.

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Los ministros de Exteriores del G"8 se han encontrado con problemas inesperados, entre ellos la exigencia rusa del cese de los bombardeos sobre Yugoslavia, para elaborar ayer el proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para la paz en Kosovo. Ante esta postura de Moscú, la OTAN suaviza sus exigencias a Milosevic y acepta suspender los ataques cuando Belgrado firme la retirada serbia, incluso antes de ser verificada la salida de Kosovo.

El ministro de Exteriores ruso, Igor Ivanov, afirmó que la OTAN está «intentando introducir elementos» que van más allá de los acuerdos alcanzados hasta ahora para la citada resolución, que los jefes de la diplomacia de los siete países más industrializados y Rusia perfilaban ayer en Petersberg, en las cercanías de Bonn.

Rusia insiste además, según diplomáticos alemanes, en que la aprobación de una resolución en el Consejo de Seguridad debe estar precedida por el cese de los bombardeos aliados contra Yugoslavia, opinión que no comparte el resto de los ministros del G"8.

El portavoz del Departamento estadounidense de Estado, James Rubin, dijo en un breve encuentro con la prensa que el texto de resolución está siendo negociado «párrafo por párrafo». Rubin explicó que en las conversaciones ministeriales, que se están prolongando más de lo previsto, se ha acordado dejar los puntos conflictivos para el final, por lo que todavía existen numerosos paréntesis dentro del borrador de varias páginas.

«Estados Unidos no es optimista ni pesimista, sino únicamente realista», dijo Rubin, quien recordó que el texto de la resolución no debe dejar lugar a dudas de que la fuerza internacional de paz deberá estar bajo el mando de la OTAN, porque sólo una tropa robusta "dijo" puede garantizar el regreso de los refugiados.

Precisamente en este punto y en el que respecta al momento en el que debe producirse el cese de los bombardeos aparecen las principales divergencias entre rusos y los países occidentales del G"8, situación que diplomáticos alemanes calificaron de círculo vicioso.