Rugova fue aclamado por los refugiados kosovares en Macedonia.

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El Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia acusó al presidente Slobodan Milosevic de crímenes de guerra y ordenó arrestarlo, dijo ayer una fuente cercana al organismo. Se espera que la acusación incluya presuntos crímenes de guerra perpetrados en Kosovo y que sea anunciada el jueves por la fiscal del tribunal Louise Arbour, quien comenzó la investigación sobre Kosovo el 10 de marzo del año pasado, agregó la fuente, que rehusó ser identificada.

Aunque no se ha hecho oficial la acusación, se señala de fuentes cercanas al tribunal de La Haya que Milosevic puede ser acusado de crímenes contra la Humanidad, genocidio y otros delitos incluidos en los convenios internacionales. Es la primera vez que un jefe de estado en funciones es acusado de crímenes de guerra.

Una acusación por los presuntos crímenes de guerra cometidos en Kosovo cerraría la puerta a las intenciones de Milosevic de buscar una salida negociada al conflicto, lo que no le dejaría otra opción que ceder ante el poderío militar de la OTAN o continuar con una guerra que, según la Alianza, no puede ganar.

Milosevic evitó una acusación de crímenes de guerra durante la guerra de Bosnia de 1992 a 1995 y se convirtió en el interlocutor escogido por Occidente y garante de los Acuerdos de Paz de Dayton, que pusieron fin al conflicto.

Mientras, Moscú y Estocolmo centraron ayer los esfuerzos diplomáticos para tratar de reconducir el conflicto de Kosovo al campo de la negociación, mientras en el frente bélico la OTAN continúa su estrategia de intensificar los ataques contra Yugoslavia y acelera los preparativos sobre una fuerza de paz.

Con los ojos puestos en las capitales rusa y sueca, la OTAN trató un día más de doblegar por la fuerza la resistencia del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, al recrudecer en las últimas horas los bombardeos contra Yugoslavia, que alcanzaron incluso un bunker presidencial. La jornada 63 de bombardeos contra Yugoslavia se caracterizó por un fuerte incremento de la actividad de los aviones aliados, que hicieron 650 salidas, de ellas 284 ataques, lo que supone «una nueva marca» en cuanto a acciones en una jornada, según el portavoz de la OTAN, Jamie Shea. Mientras, Moscú buscando una fórmula magistral que pueda aceptar Milosevic y con la ONU tratando de mediar en Estocolmo con Rusia sobre la composición y mando de la futura fuerza de paz para Kosovo.