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EFE - BELGRADO Yugoslavia planteó ayer a la OTAN la disyuntiva de negociar si se declara una tregua en la campaña aérea, como sugieren algunos socios aliados, o de padecer un «infierno» si opta por la guerra terrestre.

El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, reunido con los altos cargos del país, concluyó que los bombardeos de la OTAN son «el único obstáculo» para un arreglo político y el retorno a Kosovo de los albaneses refugiados en Albania y Macedonia. En la misma línea, la Izquierda Yugoslava (JUL) de Mira Markovic, esposa de Milosevic, indicó en un comunicado que sólo un cese del bombardeo abrirá «el espacio para la diplomacia».

Stevo Dragisic, alto cargo del ultranacionalista Partido Radical observó ayer la «insatisfacción» de algunos círculos de la OTAN «que tímidamente está llegando a los ojos y oídos de la opinión pública mundial».

Los países aliados Italia y Grecia impulsaron ayer nuevas iniciativas que incluyen una tregua en los bombardeos, única «victoria» que Milosevic puede aspirar a permitirse para poder ceder ante el resto de las demandas internacionales.

En este sentido, D´Alema intentaba ayer en Bari atraerse al canciller alemán, Gerhard Schroeder, cuya diplomacia ya aventuró hace unas semanas una solución «salomónica» que habría permitido a la OTAN y a Milosevic ceder al mismo tiempo, pero que fue descartada.