Clinton se reunió con los tres soldados norteamericanos liberados.

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En víspera de la reunión ministerial del G-8 que intentará buscar una salida diplomática a la crisis de Kosovo, la OTAN insistió ayer en que la fuerza de pacificación que debe desplegarse en la provincia tras la retirada serbia sólo puede ser militar y en torno al núcleo de la Alianza. Otras fuentes aliadas señalaron que se declararía un alto el fuego si Belgrado inicia la retirada de sus tropas de Kosovo y se compromete a permitir el regreso de los refugiados.

«Está claro que necesitamos una fuerza militar bien organizada que pueda hacer frente a todo el trabajo que nos vamos a encontrar, empezando por la estabilización de una terrible situación como es el reasentamiento de los refugiados», albano-kosovares, dijo el portavoz de la OTAN, Jamie Shea.

El portavoz subrayó que los aliados están unidos en el «principio» de que es necesario el despliegue de dicha fuerza «militar» y no «civil» o «ligeramente armada», como al parecer estaría dispuesto a aceptar Belgrado. Este fue uno de los aspectos que trató ayer el presidente norteamericano, Bill Clinton, con el secretario general aliado, Javier Solana, reunión en la que se determinó que la Alianza quiere buscar una solución política a la crisis, pero seguirá los bombardeos en tanto que Belgrado no cumpla las cinco condiciones básicas de la comunidad internacional.

Estas son el fin de la represión y la violencia, la retirada de las fuerzas serbias de Kosovo, la aceptación de una fuerza militar internacional, regreso seguro de los refugiados y que Belgrado acepte negociar un estatus político para la provincia. «La reunión del G-8 mañana (hoy) en Bonn será muy importante y en ella participa Rusia, y los aliados trabajarán duro para alcanzar un acuerdo con Rusia que esté basado en esos cinco principios», señaló Shea.

«Espero que se pueda lograr un acuerdo, pero el mismo hecho de que se celebre la reunión, y que las cinco condiciones estén sobre la mesa es muy alentador», agregó. El portavoz se refirió a la necesidad que habrá, una vez que las fuerzas serbias se hayan retirado de Kosovo, no sólo de acompañar el regreso de los refugiados, sino de reconstruir casas y pueblos, infraestructuras económicas, organizar la policía y la justicia, así como la administración civil.