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El jefe del Gobierno español, José María Aznar, y el presidente estadounidense, Bill Clinton, coincidieron en que es necesario «ser pacientes, perseverar e intensificar» las acciones de la OTAN en los Balcanes, tanto en el terreno militar como en el humanitario. Ambos mostraron también su preocupación por «los nacionalismos radicales y violentos» de Europa, que, según Aznar, «no tienen cabida» en el viejo continente.

Aznar, el primer jefe de un Gobierno aliado de la OTAN que visita Washington desde el inicio de los bombardeos, trasladó a Clinton sus impresiones sobre los ataques tras conversar con el primer ministro británico, Tony Blair y el secretario general de la ONU, Kofi Annan. «Sería un crimen aceptar que a las puertas del siglo XXI se cometan genocidios en Europa», afirmó el presidente del Gobierno tras un cena de tres horas en la Casa Blanca con Clinton. Tanto Aznar como Clinton, que evitaron opinar públicamente sobre un posible despliegue terrestre en la zona, se mostraron favorables a dar a la crisis de Kosovo «una visión global» y defendieron la acción de la OTAN como el modo de luchar contra «la barbarie» provocada por Milosevic.

«No se pueden poner parches. Hay que tener una visión de conjunto del problema, por eso todos los intercambios de opinión y los diálogos son importantes» tanto con Rusia, como con otros países del Este y Centro de Europa, dijo Aznar. El presidente del Gobierno manifestó que Estados Unidos y España coinciden en que es «necesario» perseverar en el cumplimiento de los objetivos de la OTAN y seguir con los ataques, «el tiempo que sea necesario».