TW
0
PATRICIA SOUZA - WASHINGTON La pérdida del primer avión «invisible» en combate no impide que Estados Unidos continúe decidido a liderar la ofensiva de la OTAN en Yugoslavia para evitar las masacres en el corazón de Europa. «Seguiremos hasta que sea necesario, hasta que el trabajo esté terminado», insistió hoy de nuevo la secretaria de Estado, Madeleine Albright.

El jefe del Pentágono, William Cohen, afirmó que la pérdida del F-117 «no tendrá ningún impacto» en la campaña aérea aliada. AL cumplirse el quinto día de operaciones, destacados miembros del Gobierno estadounidense renovaron su campaña en televisión, aprovechando los debates del domingo, para convencer a la opinión pública de la necesidad de la intervención en Kosovo y evitar una escalada en la catástrofe humanitaria.

Aunque ni la OTAN ni EE UU lo han confirmado, todo apunta a que fue derribado por las fuerzas serbias, en lo que constituye la primera destrucción en combate de este aparato y también la primera pérdida de un avión de la OTAN desde que comenzó la campaña contra objetivos yugoslavos. Washington se ha volcado en destacar que el piloto del aparato fue rescatado en una operación heroica de los especialistas militares participantes, con la intención de contraatacar la propaganda de los serbios, entusiasmados con la pérdida del F-117.

De esta forma se pretende minimizar el desastre que supone para la Fuerza Aérea estadounidense la pérdida de un avión considerado prácticamente «invisible» para los radares enemigos y que tenía una reputación casi mítica en cuanto a su comportamiento en combate.