Los ministros de Exteriores de la UE se reunieron ayer en Alemania.

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EFE - REINHARTSHAUSEN El optimismo presidió al término de una reunión no oficial de los Quince celebrada en la ciudad alemana de Reinhartshausen y tanto el titular alemán, Joschka Fischer, como el presidente del ejecutivo comunitario, Jacques Santer no ocultaron el alivio.

«En esta reunión hemos constatado que se puede ver la luz al final del túnel y que existe en todos los estados miembros una disposición al compromiso» para lograr el acuerdo final en Berlín, los próximos 24 y 25 de marzo, resumió Fischer. Iniciada ya la fase final de la negociación, Fischer recalcó que «ningún país ha amenazado con el veto y ninguno está atrincherado en un rincón».

El mismo sentimiento comparte el ministro español Abel Matutes: «No quiero mostrarme demasiado optimista, pero las cosas se han movido», dijo. En Reinhartshausen, localidad del centro de Alemania, los Quince han confirmado, en primer lugar, la validez del preacuerdo agrícola alcanzado en Bruselas el pasado jueves, aunque reconocieron que se pueden «afinar las cifras» como afirmó Fischer.

Ese principio de acuerdo, el primero que se alcanzaba en el marco de las negociaciones de la Agenda 2000, fue, no obstante, criticado, por quienes exigían mayores ahorros. Para atraerse a estos países, y especialmente a Francia, los ministros encargaron ayer a la Comisión que siga estudiando la manera de abaratar la reforma, pero sin reabrir las medidas contenidas en el paquete de Bruselas, según explicó a los periodistas el ministro Matutes, quien admitió que España acepta reducir sus ventajas logradas en jueves.

El informe de los «sabios» puede sumir a la UE en una profunda crisis
Varios miembros de la Comisión Europea podrían verse directamente afectados y obligados a dimitir por el informe del Comité de Sabios que se publicará hoy sobre los supuestos casos de corrupción en el Ejecutivo comunitario. Su presidente, Jacques Santer, mantuvo un encuentro con cinco comisarios a última hora de ayer, los cinco por los que varios países estarían presionando para que dimitan, para examinar las consecuencias que acarreará la publicación del informe, según fuentes comunitarias.