El presidente Obiang declaró que las elecciones eran una demostración de democracia.

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FRANCE PRESS - MALABO Desde primeras horas de la mañana se formaron largas filas ante los colegios electorales, que abrieron sus puertas a las 08:00, para participar en la primera y única vuelta de las segundas elecciones democráticas que se celebran en este país (las primeras tuvieron lugar en 1993) desde que se independizó de España.

En principio, según testigos presenciales, la organización fue correcta. Pero la visión de la oposición es totalmente diferente, ya que denunció a lo largo de toda la jornada numerosos incidentes, sobre todo en los que se refiere a la obligación de «voto secreto» y principalmente en la isla de Bioko, donde se encuentra Malabo, la capital, y donde votó cerca del 20 por ciento de los 196.000 electores inscritos.

Según Plácido Mico, secretario general del partido opositor Convergencia para la Renovación Social (CPDS), aunque había papeletas de los 13 partidos para elegir, no se permitió coger todas las opciones antes de votar, sino sólo una, de forma que el voto se convertía en público. Otra modalidad de los seguidores de Obiang fue dejar entrar a las cabinas con todas las papeletas, pero pedir los no utilizados a la salida, con lo cual el resultado fue el mismo, por lo que «el número de personas que se acercó a votar descendió mucho».

Sin embargo, según el presidente Obiang, quien votó junto a su esposa Constancia Mangué, «no se ha registrado ningún incidente y si los hay los denunciaremos claramente». «El desarrollo de los comicios muestra la madurez política de nuestro pueblo y que la democracia es ya una realidad en nuestro país», añadió, anunciando «una amplia mayoría» para su partido, dada «la preponderancia» de esta formación entre la población pública, y es que nadie duda del triunfo de Obiang.