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FRANCE PRESS/EFE - WASHINGTON Mónica Lewinsky declaró ayer a puerta cerrada en el juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en un testimonio que no parece ponga en peligro la posible absolución del gobernante. Esta ha sido la ocasión número 23 en que Lewinsky ha tenido que declarar bajo juramento sobre sus relaciones íntimas con Clinton, que causaron la apertura del segundo juicio político en la historia de Estados Unidos contra un presidente del país.

Uno de los senadores que asistía a la declaración, Mike DeWine, precisó que el encuentro se extendió desde las tres de la tarde, hora española, hasta poco después de las nueve. La grabación de la entrevista, que se celebró en el hotel Mayflower de Washington, estará disponible para los senadores a partir de hoy.

Después, los senadores decidirán, probablemente el jueves, si es pertinente citar a la ex becaria a testificar personalmente en el juicio de «impeachment» del presidente, o si el vídeo constituye por sí mismo testimonio suficiente y debe ser difundido públicamente. La ex becaria fue interrogada ayer por Ed Bryant, uno de los «fiscales» republicanos, que pretendía obtener mayores detalles para ampliar las acusaciones ya retenidas contra el presidente, perjurio y obstrucción a la Justicia.