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La evolución favorable de la úlcera gástrica que padece Borís Yeltsin permitió ayer a los médicos descartar, de momento, una intervención quirúrgica, de altísimo riesgo dado el precario estado de salud del presidente ruso.

«No hay indicaciones para una operación quirúrgica», declaró el portavoz del Kremlin, Dimitri Yakushkin, poco después de que los facultativos estudiasen los resultados de los exámenes a los que fue sometido el presidente ruso.

Yeltsin, de 67 años, respondió positivamente al tratamiento médico al que está sometido desde el domingo pasado, cuando fue internado de urgencia en el Hospital Clínico Central, donde se le diagnosticó una «úlcera gástrica sangrante».

El reconocimiento endoscópico que se le practicó a Yeltsin reveló la «ausencia de hemorragia y los primeros síntomas de recuperación», dijo el portavoz de la Presidencia.

Al presidente ruso, que se encontraba en régimen de reposo absoluto desde su hospitalización, le permitieron «pasear por sus aposentos y trabajar sentado al escritorio», añadió Yakushkin. Fuentes médicas indicaron que «si todo marcha bien», Yeltsin podrá volver a su despacho dentro de tres semanas.