Patricia de las Heras y Jorge Campos, con Marga Prohens y Antoni Costa, en una reunión en el Parlament. | P. Pellicer

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El PP no está dispuesto a que Vox entre en el Govern y así se lo hizo saber al partido de Jorge Campos en la primera reunión que mantuvieron ambos partidos para cerrar un pacto. Es una cuestión innegociable. La cita concluyó sin acuerdo y las dos formaciones se han emplazado a negociar de nuevo a partir de estos días. En previsión de que las reuniones se alarguen, el PP ha pedido que quede sobre la mesa la posibilidad de que la sesión constitutiva del Parlament no sea al día 20 y se abre la puerta a un retraso, como máximo hasta el día 27 de este mes.

Las posturas de ambos partidos se mantienen por ahora inamovibles. El PP no quiere a Vox en el Govern, pero sí está dispuesto a negociar algunos puntos programáticos que permitan la investidura de su candidata, Marga Prohens. Insisten en que debe ser un pacto solo de investidura, no de legislatura. Es decir, se negociaría un programa de mínimos para que Vox se abstenga en la segunda votación de la investidura y facilitar con ello que Prohens sea presidenta. Nada más.

Con esta voluntad, fuentes del PP explican que ayer se puso sobre la mesa la propuesta de reforma fiscal del PP y las medidas de su programa relativas a programas de apoyo a las familias. No aclaran si en esta reunión se abordaron aspectos relacionados con el catalán en la educación y en la función pública.

En Vox guardan silencio sobre la reunión de ayer. A ella asistió la negociadora que ha enviado Santiago Abascal para que asesore a los líderes del partido en las Islas. La postura de Vox ha variado desde que se celebraron las elecciones. En un primer momento se señaló la posibilidad de que el partido de Jorge Campos facilitara la investidura a cambio de la Presidència del Parlament y del senador autonómico, la entrada en escena de la negociadora enviada por Madrid ha hecho que la formación de Jorge Campos endurezca sus planteamientos.

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Insisten en que su modelo es la Comunitat Valenciana, donde PP y Vox han pactado un gobierno conjunto, pero desde el PP les recuerdan que la correlación de fuerzas no es la misma porque en Valencia se necesita un voto favorable de Vox, pero en Balears basta con una abstención.

De hecho, mientras Vox mira hacia Valencia, el PP lo hace a Murcia, una comunidad donde se da una situación mucho más parecida a la de Balears. También allí basta con una abstención de Vox para hacer presidente de la Comunitat al candidato del PP. En Murcia se vivió ayer una ruptura tácita de las negociaciones después de que el PP se negara a ceder un puesto en la Mesa del parlamento autonómico a Vox, hecho que ha provocado una amenaza de elecciones por parte de Vox.

También en Balears planeaba ayer esta posibilidad en la hipótesis de que Vox se niegue a abstenerse ante una falta de acuerdo con Marga Prohens. Fuentes del PP han comentado la posibilidad de ceder a Vox uno de los puestos de la Mesa, pero en ningún caso la Presidència. En el PP insisten en que no darán su brazo a torcer sobre la entrada de Vox en el Govern y recuerdan que, mientras no llega el acuerdo, Mae de la Concha, de Podemos, será la presidenta del Govern una vez que se formalice la dimisión de Francina Armengol como presidenta.

Los negociadores no han aclarado cuándo volverán a reunirse, pero el reloj corre porque, para complicar aún más la situación, el lunes acaba el plazo para presentar las candidaturas de los partidos a las elecciones al Congreso de los Diputados del día 23 de julio y cada vez parece más cierto que el candidato de Vox a las elecciones autonómicas de hace unas semanas, Jorge Campos, será el candidato de esta formación a las generales.