El presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, interviene en un desayuno en el Ateneo de Madrid. | Efe

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El turno es ahora del candidato propuesto por el rey, Alberto Núñez Feijóo, algo que repiten sin cesar desde el PSOE y el Gobierno, pero los movimientos de la última semana y especialmente de las últimas horas indican que el engranaje para una investidura de Pedro Sánchez ya está en marcha. En apenas 24 horas el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha puesto sobre la mesa las condiciones para que Junts apoye una investidura, que no han rebajado el optimismo del Gobierno para renovar su mandato, y en el Congreso se ha registrado -a propuesta del PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG- la iniciativa para que las lenguas cooficiales puedan usarse en todos los trabajos.

Esta petición fue una de las exigencias que pusieron Junts y ERC para que saliera adelante el acuerdo sobre la Mesa del Congreso, donde los progresistas tienen ahora mayoría. Si en aquel momento ambas formaciones independentistas dejaron claro que el pacto solo afectaba al órgano de gobierno de la Cámara Baja, lo cierto es que abría la vía de la negociación de una futura investidura de Sánchez. Aquel acuerdo, que no contemplaba la amnistía de los encausados por el 'procés', incluía además el impulso de la oficialidad del catalán en la Unión Europea, requisito al que se ha dado ya vía formal con la solicitud a la Comisión Europea.

Otro de los puntos era la reactivación de la comisión de investigación sobre el caso Pegasus, que afectó a decenas de dirigentes independentistas que fueron espiados a través de sus teléfonos móviles, cuyo recorrido está por ver.

Condiciones de máximos

En cuanto a la negociación con el partido de Puigdemont, Sumar recordaba hoy que como en todo proceso de este tipo JxCat está planteando condiciones de «máximos», por lo que las posturas se tienen que «ir flexibilizando y acercando» para que una posible investidura de Pedro Sánchez sea un «éxito». La foto del lunes en Bruselas de la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, con Puigdemont -de la que Moncloa se ha desmarcado- encajaría además en la liturgia de una negociación en la que está por ver si Sánchez u otro miembro del Gobierno repetirán la misma imagen. No obstante, en el Gobierno insisten desde ayer en que el diálogo debe ser con los grupos parlamentarios del Congreso porque son los que tienen que prestar su apoyo.

Turno en octubre

Sobre los tiempos, el propio Sánchez ya dijo el lunes que intentará su investidura «sin dilación», en cuanto acabe «el tiempo de espera inútil» de Feijóo. El acuerdo se puede, se debe y se va a alcanzar, vaticinó el presidente del Gobierno en funciones, un escenario que, de producirse, podría fijarse para mediados-finales de octubre, lo justo para activar una nueva ronda de consultas del rey una vez se constate que Feijóo no cuenta con los apoyos suficientes y que Sánchez sea designado candidato. Una investidura rápida para la que, a tenor de los hechos de las últimas horas, la pelota ha echado ya a rodar.