Natalia Palma dando el pecho a su hijo durante las elecciones.

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«Lo que me pasó es indignante y no quiero que se repita con ninguna madre, ni ningún niño, yo he pasado pero el tubo pero no más. A ver si algún día pueden cambiar las leyes». Natalia Anastasia Palma Rocher denuncia que el pasado domingo tuvo que presidir una mesa electoral siendo madre de un niño lactante de 14 meses y tras una notificación que apenas le dio margen para solicitar eximirse.

«Vinieron el jueves por la noche y la policía ya me dijo que sólo me dejarían si el niño tenía menos de nueve meses pero tanto que se habla de conciliación y ¿van a decidir ellos por mí?», relata ahora. El viernes tuvo el tiempo justo para informarse de cómo actuar en los diferentes foros de lactancia, «escribí una carta y me fui al pediatra para que me diera un justificante médico», relata. Una vez en los juzgados, «les expliqué todo y la señora me dijo que lo archivarían porque ya no había tiempo para recurrir», añade la afectada.

El domingo fue de las primeras en llegar al CEPA la Balanguera «con toda la documentación» pero de poco sirvió. Durante la jornada electoral presidió una mesa durante todo el día rodeada, eso sí, de «compañeros majísimos» con quienes «dimos el callo porque cada uno tiene sus problemas».

El de Natalia fue tenerse que separar de su hijo, por primera vez, durante todo el día. «Mi marido me tuvo que traer en tres ocasiones al niño pero no se podía estar de calor y era una locura, no nos daba tiempo ni a beber», recuerda. Con su historia pretende que cambie la ley para que no limiten la lactancia y «que nadie nos diga cuándo hay que dejar de dar el pecho».