El presidente del Gobierno en Funciones Pedro Sánchez durante la rueda de prensa.

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La falta de acuerdos entre los partidos políticos con representación parlamentaria ha provocado que ningún candidato tenga la mayoría suficiente para ser investido presidente del Gobierno y que, por ello, España se encamine a sus segundas elecciones generales del año tras las del 28 de abril.

La ronda de consultas que el rey Felipe VI ha llevado a cabo entre el lunes y el martes ha culminado con un comunicado casi idéntico al de 2016, cuando transmitió al entonces presidente del Congreso, el socialista Patxi López, que no propondría a ningún candidato y que se activaba el mecanismo del artículo 99 de la Constitución: disolución de las Cortes y convocatoria electoral.

Este martes el rey ha comunicado a la actual presidenta del Congreso, la también socialista Meritxell Batet, que no encargará la investidura y que, por tanto, España se encaminará a unas nuevas elecciones el 10 de noviembre.

El ganador de los comicios del 28 de abril, Pedro Sánchez, no ha podido concitar el respaldo suficiente, así que, en rueda de prensa en el Palacio de La Moncloa, terminada la ronda de consultas del rey, ha pedido a los españoles que el próximo 10 de noviembre den al Partido Socialista esa mayoría parlamentaria necesaria para evitar más bloqueos.

Ha reprochado a Unidas Podemos que no haya posibilitado un gobierno progresista y ha subrayado que la formación de Pablo Iglesias es el «único partido a la izquierda de la socialdemocracia» que lo ha impedido hasta en cuatro ocasiones (dos en 2016 y otras dos en 2019).

Sánchez ha cargado contra PP, Cs y Unidas Podemos por «bloquear» la formación de Gobierno pese a que los españoles «hablaron claro y fuerte en abril y mayo», es decir, en las elecciones generales y autonómicas, municipales y europeas, respectivamente.

Hasta llegar a este desenlace, los partidos han encadenado una serie de movimientos para evitar la repetición de elecciones, pero no han cuajado.

Intentos

El martes por la mañana el propio Sánchez ha llevado a cabo tres conversaciones telefónicas con Pablo Iglesias, Pablo Casado y Albert Rivera, por este orden, para conocer sus posiciones finales, y ha constatado que no era posible formar gobierno.

«Lo he intentado por todos los medios pero no ha sido posible, he procurado conformar un gobierno pero no cualquier gobierno, un gobierno moderado sin frentismos, con vocación de transformación y de acuerdo y que no descansara en las fuerzas independentistas», ha dicho en la rueda de prensa de Moncloa.

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En definitiva, ha dicho, «España no necesita un gobierno para una investidura, necesita un gobierno para una legislatura».

Un gobierno fuerte, ha insistido, para afrontar retos como el empleo, las pensiones, la igualdad, la desaceleración económica internacional o «el peligro de las sacudidas» de un «brexit» sin acuerdo.

Y Cataluña. Sánchez también ha reivindicado un gobierno fuerte para hacer frente a las consecuencias políticas de la sentencia del «procés», que se conocerá en las próximas semanas.

Toda la oposición ha responsabilizado al líder del PSOE de la inminencia de una nueva convocatoria electoral.

Nada más conocer la decisión del rey, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha recurrido a su perfil en la red social Twitter para acusar al presidente en funciones de haber cometido «un error histórico de enormes dimensiones» por su «obsesión de acaparar un poder absoluto que los españoles no le han dado».

El líder del PP, Pablo Casado, por su parte, ha considerado que la repetición de las elecciones demuestran que la historia de estos últimos meses ha sido la de un «fracaso anunciado».

Una hora antes, en la rueda de prensa que ha ofrecido en el Congreso tras su entrevista con el rey, había dado por segura la celebración otra vez de comicios generales, así que expresó su deseo de que las urnas no le salieran gratis» a Sánchez.

También el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha sido muy duro con el candidato socialista, en el que ha personificado la responsabilidad de volver a las elecciones el 10 de noviembre.

Intentó el lunes una acción que evitara las elecciones, «una solución de Estado» la llamó, y que consistió en ofrecer al secretario general de los socialistas una abstención a cambio de que se comprometiera a cumplir tres condiciones: que el PSN se apartara de los nacionalistas en Navarra para forjar un Gobierno constitucionalista, que sopesara la aplicación del 155 en Cataluña y que rehuyera subidas fiscales.

Sánchez le contestó que todo eso ya lo estaba haciendo.

Este miércoles tendrá lugar la última sesión de control de la XIII Legislatura. Será el último pleno porque en cuanto acabe el 23 de septiembre se disolverán las Cortes y sonarán los tambores electorales.