Desde la Asociación Leader Menorca están impulsando diferentes acciones que están contribuyendo a generar un clima de colaboración para revalorizar el uso de la lana.

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Menorca siempre se ha caracterizado por ser una isla con un importante peso agrícola y ganadero que más allá de su célebre queso, ha conformado un mosaico de productos apreciados por su gran calidad. Durante la segunda mitad del siglo XIV y prácticamente hasta el XVII, la lana menorquina se convirtió en el principal producto de las exportaciones de la Isla, como constata el historiador local Miquel Àngel Casasnovas. En la red de comercio internacional, su cotización llegó a superar con creces al resto de competidores por su calidad excepcional. Sin embargo, la realidad a día de hoy es completamente distinta y los productores ovinos menorquines, intentan buscar soluciones de viabilidad que alejen a la lana de convertirse en un subproducto cercano al residuo.

La situación a nivel mundial tampoco acompaña después de que la China, importador principal, haya reducido drásticamente sus compras tras la crisis de la covid. Hasta hace cuatro años, Menorca había conseguido sortear la problemática generada con su venta a un comprador nacional, pero desde entonces, nadie sabe qué hacer con ella. Ahora una nueva ventana de oportunidad se abre gracias a que la Asociación Leader se ha sumado a un proyecto de cooperación con la entidad Mallorca Rural, que persigue poder hacer que la lana vuelva a ser rentable y que está financiado con fondos Feader en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Balears y la colaboración del Consell Insular de Menorca.

ACCIONES. Una de las primeras acciones que están llevando a cabo a modo de prueba, es su aprovechamiento agrícola como compost y por ello, tras unas jornadas de formación celebradas el pasado mes de noviembre, han conseguido que ocho fincas menorquinas se sumen a la iniciativa de probar distintas formulaciones para lograr tener un producto que pueda ser utilizado como fertilizante, tal y como explica la técnica de Leader, Montse Bau.

Otra de las acciones que se está impulsando ha consistido en darle valor a través de la artesanía, y en este sentido, están surgiendo pequeñas iniciativas en Menorca a partir de su uso en elementos decorativos o de interiorismo, así como también para elaboración de jabones, propuestas todas ellas que el próximo mes de marzo han propiciado la organización de un seminario que impartirán en la Isla desde Llanatura, un taller artesanal mallorquín que hace tiempo se dedica a la manufactura de la lana.

Desde Leader también se quiere llevar a cabo un trabajo de caracterización de la lana menorquina con el objetivo de identificar los usos potenciales y para ello, se pretende estudiar sus propiedades tanto químicas como textiles y físicas para ver su adaptabilidad a otros usos, como por ejemplo, la bioconstrucción. «Mallorca, en este sentido, va más avanzada que nosotros y ya hay, por ejemplo, una empresa que ha patentado un aislante para la construcción hecho con lana de oveja, aprovechando las grandes propiedades de aislamiento y de transpirabilidad de esta materia natural», detalla Bau.

«Menorca cuenta con una raza autóctona de oveja y queremos que se analicen las posibilidades de uso con su lana», comenta la técnica de Leader Menorca. Este año también tienen la intención de poder traer experiencias innovadoras de fuera de Menorca, que sirvan de ayuda e inspiración para facilitar todavía más este clima de colaboración que se ha creado alrededor de la lana menorquina y la búsqueda de nuevas alternativas. Precisamente este fin de semana, el GOB Menorca ha llevado a cabo un seminario donde se han presentado las conclusiones de un estudio sobre el uso de lana en el suelo agrícola, como solución a la sequía en su propiedad para retener la humedad y regular la temperatura.