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Te voy a contar una historia que no vas a querer oír, de hecho –imagino- no vas a ser capaz de llegar al último párrafo. Cuando veas de qué va el relato vas a sentirte como el fumador cuando los que le quieren le dicen que tiene que dejarlo…

En una ocasión, un hombre compró una lata de sardinas por un euro. Este hombre pensó que podía vender la lata y obtener un pequeño beneficio y decidió venderla por dos euros, ¡Fue magnífico! había obtenido una rentabilidad del 100%. El comprador (el que pagó los 2 euros), inicialmente, no había comprado la lata para revenderla, pero conocedor de lo bien que le había ido al anterior vendedor, decidió probar suerte y la puso en venta por 4 euros... la lata se vendió enseguida. Nueva ganancia del 100%.

Este nuevo comprador, estaba seguro de que no había comprado una lata cualquiera, había comprado algo que estaba dando rentabilidades espectaculares a sus anteriores poseedores y probó suerte intentando vender esta por 10 euros... la lata se vendió en un abrir y cerrar de ojos. Las ganancias iban en aumento, todo el mundo se preguntaba cuál era el secreto de esa misteriosa lata, pero nadie dudaba de que era una inversión segura. El último comprador estaba dispuesto a venderla ¿Por qué no? por 30 euros... le costó un poco, pero encontró a un nuevo adquirente. Éste, intrigado y deseoso de conocer cuál era el misterio de esa fabulosa lata que en el supermercado de la esquina podía adquirirse por un euro y que él había pagado 30 decidió abrir la «lata maravillosa». ¿Cuál fue su sorpresa cuando observó que «sólo» había cuatro sardinas en ella? Confiando en que se trataba de un error, se dirigió presto a buscar al último vendedor y le dijo: «Perdone, he abierto la lata y he visto que sólo había cuatro sardinas, me puedes decir ¿Dónde está el secreto?». El vendedor, con cara de asombro y medio en broma, medio en serio, le dijo: «No me digas que la has abierto... la lata no era para abrirla, era para volver a venderla...».

Sustituye «lata de sardinas» por «establecimiento hotelero» o «restaurante de moda»… y entenderás un poco lo que está sucediendo en Eivissa-Formentera (supongo que en Mallorca y en tal vez en menor medida en Menorca). Y es que - obviamente las frases no son mías sino del archiconocido Warren Buffett – «cuando baje la marea descubriremos quién se ha estado bañando desnudo» y «nunca inviertas en un negocio que no puedas entender» (no inviertas… o no dejes que inviertan en tu nombre).