Los turistas, al igual que los residentes, tienen que utilizar la mascarilla para salir a la calle. | Archivo

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La actual crisis de la COVID-19 ha desencadenado unos efectos de enorme impacto cuyas consecuencias a medio y largo plazo son críticas pero difíciles de predecir. Para evaluar qué impacto puede tener la crisis de la COVID-19 en el futuro modelo de negocio del turismo, hay que tener en cuenta algunos interrogantes, que analiza Jesús Navarro, CEO de Innsai y partner de Bankia Forward by Innsai, una iniciativa de Bankia para apoyar a las empresas en el desarrollo de negocios innovadores. Hay que saber qué cambios han llegado para quedarse, cuándo se tendrá una vacuna, cómo variará el marco regulatorio sanitario... En todo caso, se vislumbran algunos cambios que modifican las tendencias que se venían observando en el turismo antes de la COVID-19.

Tendencia #1: Personal Identity: identidades colectivas, estilos de vida y neo-lujo.

Se potenciará el turismo nacional, por las restricciones obvias al desplazamiento entre países, por los problemas económicos derivados de la crisis económica a la que nos vemos abocados y por el mantenimiento del distanciamiento social para evitar el contagio.

Este comportamiento nos llevará a redescubrir nuestra esencia como sociedad y país, fomentando la identidad colectiva, y recuperar la conexión con nuestras costumbres, de las cuales el mundo globalizado nos iba despegando progresivamente.

Tendencia #2: Living Experiences: experiencias únicas.

Las experiencias serán el protagonista de los nuevos tiempos. Como condición necesaria, se impondrá la necesidad de garantizar experiencias seguras, desde el punto de vista de la salud e higiene, evitando el contagio y ofreciendo seguridad emocional al viajero sobre su salud.

Las experiencias locales, conectadas con el entorno, sostenibles medioambientalmente y responsables con la economía local del destino y gastronómicas pueden ser el eje experiencial a desarrollar. De nuevo, lo local, será la clave. Creo que puede ser una estrategia clave para afianzar la marca país y la de las distintas comunidades.

Tendencia #3: Bleisure: adiós a la frontera entre el ocio y el trabajo. Como consecuencia del confinamiento, muchas actividades han 'descubierto' el teletrabajo. Vamos a un escenario donde se verán reducidos los viajes de negocios, limitándolos a aquellos estrictamente necesarios. Considerando lo anterior, la tendencia Bleisure cobrará especial relevancia.

Tendencia #4: User Tech Experience: tecnología y experiencia de usuario.

Lo vivido en la fase de confinamiento por parte de la población ha supuesto un resurgimiento y potenciación de lo digital y, por ello, muchas empresas del sector turístico han apostado durante ese periodo por «hacer vivir» a sus clientes experiencias virtuales desde el confinamiento. Puede augurarse un crecimiento de la tecnología, aspecto que puede verse limitado por la dificultad de inversión por parte de las empresas. A menos que las Administraciones Públicas lo incentiven con ayudas públicas.

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Tendencia #5: Turismo Sostenible: responsabilidad socialcultural y medioambiental.

La disminución del turismo internacional y las restricciones a la movilidad de personas y mercancías han supuesto un efecto positivo sobre el medioambiente, a través de la reducción de emisión de CO2 a la atmosfera. Nos ha hecho más conscientes y posiblemente el medioambiente será el próximo reto junto con la salud a revisar en muchas de las agendas políticas de los países.

A este factor, hay que sumarle otro aspecto. El problema de overtourism (el exceso de turismo), que muchos destinos experimentaban previo a la COVID-19, se verá reducido tanto por la disminución del volumen global de turistas entre países como por la necesidad de mantener el distanciamiento para evitar contagios. Los modelos de negocios se verán forzados a ser sostenibles medioambientalmente.

Veremos también cómo la sociedad agradecerá que el turismo se relacione con los negocios de proximidad, contribuyendo con ello a la fase de recuperación y reforzando su responsabilidad socio-cultural con las economías locales donde se desarrollan.

Tendencia #6: Low cost chic: democratizando el turismo.

Esta tendencia está enfocada a lograr una democratización del turismo, haciéndolo accesible a todos los públicos.

Por el lado de la demanda, las estrategias low-cost chic van a ser más que necesarias porque los presupuestos de los turistas se resentirán.

Por el lado de la oferta turística será necesario tener modelos de negocio más eficientes, lo cual unido a la necesidad del compromiso con el entorno local antes mencionada, nos llevará a ver un surgimiento de estrategias cross-selling donde el turismo se entremezclará con la industria local (alimentación, comercio, agricultura, restauración…) logrando una experiencia más auténtica, al mismo tiempo que se externalizaran actividades que antes eran propias del modelo de negocio. Además, aumentarán las inversiones en tecnología.

En este contexto, ¿cómo podremos mantener la rentabilidad y sostenibilidad económica de los negocios? Se precisa una adaptación a esta nueva realidad. La duda estará en ver cómo las empresas en este contexto de incertidumbre responderán estratégicamente. Nuestro consejo siempre estará en la proactividad, anticipación y en la innovación.

Como sociedad, necesitamos que las empresas reinventen sus modelos de negocios, generando conexiones con otros sectores de la economía (alimentación, agricultura, moda, comercio…) ofreciendo con ello una experiencia integral y única al viajero a la vez que contribuye a la necesaria reactivación de la economía.