Guillem Ginard, director insular de Cultura, junto a Ann Perelló en el Principal de Palma. | Jaume Morey

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El Teatre Principal de Palma presentó este miércoles Sí sí sí, una obra que mira la consentimiento desde una óptica positiva y que protagoniza la actriz mallorquina Ann Perelló quien dio los detalles del texto acompañada del director insular de Cultura, Guillem Ginard.

Se trata de una coproducción del propio Principal de Palma junto al Teatre de l'Aurora de Igualada y se estrenó la semana pasada en Catalunya con buena acogida. Perelló firma este monólogo de una hora dirigido por Joan Arqué y que adapta un texto de las neozelandesas Eleanor Bishop y Karin McCracken. Las funciones serán este mismo viernes 8 de marzo, Día de la Mujer, a partir de las 19.00 horas, para extenderse el sábado y el domingo a las 18.00 horas. El domingo, además, habrá un coloquio posterior.

La propia Perelló destacó en la presentación que se trata de una obra que mira al «consentimiento como algo positivo» desde la perspectiva de que «pasan cosas con este tema a día de hoy y hay que aceptarlo para encontrarnos y ver qué hacemos a partir de aquí» en referencia a las situaciones en las que este mismo consentimiento puede no estar dado, no ser explicitado, ser malentendido o, directamente, ignorado.

Ella misma describe su papel como el de «maestra de ceremonias» que canaliza varias historias que sirven para que el público reflexione e invitar a la reflexión, pero tiene más de puesta sobre la mesa de esta temática y varios aspectos de la misma que no tanto de mensaje definitivo, potenciando el debate posterior.

Como actriz, Perelló confiesa que acaba bastante «removida» al acabar la función porque no hay en sí una «catarsis sobre el escenario, sino que es dejar un tema aquí para luego irte a tu casa» , pero en cualquier caso juzga como «muy chulo» el hecho de que «la gente se queda con ganas de hablar», algo que es importante en un mundo tan «polarizado por las redes sociales» en el que el teatro aparece como «un espacio donde reencontrarnos».

Sobre la temática en sí, destaca que mientras esto siga ocurriendo, mientras siga habiendo una problemática en relación al consentimiento en las relaciones sexuales, «es necesario hablar de ello», pero también comenta Perelló que esa forma de hablar de ello no tiene por qué ser en sí dramática o negativa, sino que puede ser, y esto intentan, positiva y con dosis de humor. Por ello, para atraerlo a esta dimensión, se ha adaptado el texto original que dependía del contexto cultural de Nueva Zelanda y sus jóvenes para que tenga sentido para el público local y mantenga la «máxima frescor y naturalidad».

La recepción del público tras su estreno en Catalunya ha sido «muy buena» y ha despertado «mucho interés», tal y como señala Perelló quien hace la apreciación de que los «jóvenes entran con mucho interés» y que ven que no es «otra historia más sobre el consentimiento» al notar el tono distendido, lo que logra relajarles y pasar un rato no solo entretenido, sino educativo. Algo que también percibe en los hombres que parecen llegar algo hastiados a esta temática, pero que se abren una vez comienza el espectáculo, lo cual es importante porque, tal y como reivindica Perelló, «tenemos que podemos avanzar todos, si no estamos todos no avanzaremos», por lo que es también importante que cualquiera pueda expresar su opinión ante este tema, ya sea hombre, mujer o lo que sea.