Francisco Fullana toca de nuevo con la Simfònica en Palma. | Miguel Arranz

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Hace ya un tiempo que Francisco Fullana dejó de ser un niño prodigio, pero continúa prodigándose como un virtuoso del violín, el instrumento que maneja como si fuera una extensión más de su propio cuerpo y que le ha llevado a conquistar algunos de los premios más importantes como el Avery Fisher Career Grant y a ser reconocido por la BBC Music Magazine como autor del Disco del Mes por Bach’s Long Shadow. Afincado en Estados Unidos, Fullana regresa una vez más a casa, Mallorca, para reunirse con la Orquestra Simfònica de les Illes Balears este jueves a las 20.00 horas en el Principal de Palma acompañado de Mozart y Beethoven. Repetirán formato en el Auditori de Manacor el día 8.

¿Cómo se presenta esta nueva oportunidad de tocar junto a la Simfònica?
Es siempre un honor y un lujo, además de un nuevo reto para ofrecer al público mallorquín un programa en el que consigamos una noche mágica en la que la música que sale de nuestros instrumentos llegue a los corazones de los asistentes al concierto. La OSIB es nuestra orquesta y por lo tanto la mía. Toqué por primera vez con ellos a los 9 años y lo recuerdo como si fuera ayer, en el por entonces recién estrenado Auditorio del Conservatorio Superior de Música y Danza, bajo la dirección de Salvador Brotons.

¿Qué hay del escenario: el Principal de Palma?
Es un lugar emblemático para todos los mallorquines, nuestro templo de las artes escénicas durante los últimos 300 años. Tener la oportunidad de ir al Principal es una gran experiencia personal en la que convergen tradición, clasicismo y modernidad, en un ambiente de calidez humana en el que todos nos sentimos muy bien. Y como palmesano es un teatro que llevo en el corazón porque recuerdo la primera vez que toqué en él, con 11 años. El Principal visto desde el escenario es algo que impresiona a cualquiera porque es como si tuviera al alcance de la mano al público, desde el que se sienta en primera fila hasta el último palco.

¿Cómo describiría el programa escogido para la ocasión?
Es un programa diseñado entre la Orquestra, el maestro Pablo Mielgo y yo mismo. Pensamos en hacer un concierto en el que pudiéramos ofrecer a todos, melómanos y quienes estén empezando, una muestra de compositores y obras de la mejor música clásica. Por eso, dos de los más grandes compositores de todos los tiempos. Mozart inspiró a Beethoven en la composición de muchas de sus obras y parece ser que a los 16 años, Beethoven se entrevistó en Viena con un Mozart, que entonces tenía poco más de treinta años, y que le dijo al público: «¡Recuerden su nombre, este joven hará hablar al mundo!». Está claro que Mozart entendía de música y que no se equivocó.

¿Qué puede contarnos de las piezas escogidas para la velada?
Empezaremos con el concierto para violín y orquesta de Beethoven, una obra maestra cumbre del género. La orquesta tiene un papel tan protagonista como el violín. En su movimiento central podremos disfrutar de uno de los pasajes más maravillosos de la historia de la música. En la segunda parte tocaremos la Sinfonia Nº 41 de Mozart, la conocida como Júpiter, que fue compuesta en 1788 y es la última de una serie de tres sinfonías. Es una gran obra caracterizada por un lenguaje ameno, ceremonial a veces y desenfadado en otras, que juega magistralmente con silencios, melodías y contramelodías.

Encaras la faceta de concertino-dirección, ¿qué supone para ti?
Es un formato de concierto que ya he realizado en muchas ocasiones y que hacen muchos músicos y orquestas. Son conciertos muy vividos, llenos de pasión y de comunicación entre orquesta y público. Por otro lado, será la segunda vez que toco con la OSIB como solista/director, una forma diferente de dirigir, pero ideal para hacer música juntos. Después del éxito del concierto anterior, en verano de 2021, con el mismo formato, algunos melómanos querían repetir experiencia y para mí y los músicos de la OSIB es una oportunidad de poder hacer música con una comunicación y una complicidad total. Siempre digo que me hice músico con y gracias a la OSIB. Admiro y respeto a sus músicos y los considero casi de la familia. Es algo mutuo y creo que podemos estar orgullosos de tener la Orquestra que tenemos. Cuando toco con ellos se crea el ambiente ideal para que dé lo mejor de mí mismo.

¿Tienes previsto algún recital más en Mallorca antes de volver a Estados Unidos?
Sí, además de repetir programa en el Auditori de Manacor el día 8, el domingo 10 tocaré a las 12 de la mañana un recital con la pianista Neus Estarellas en las Bodegas Macià Batle de Santa Maria dentro del Festival Mallorca me suena, dirigido por Nina Heidenreich y el periodista Martin Breuninger. Es un concierto en favor de Amics de la Infància, una asociación sin ánimo de lucro que dedica sus esfuerzos a la atención de niños en riesgo de exclusión social, tanto en Mallorca como en países en vías de desarrollo, los llamados del Tercer Mundo, en los cuales buena parte de la población sobrevive en condiciones de pobreza extrema.