El exdirector del instituto, Pere Fullana, fue despedido tras la denuncia de los alumnos. | Jaume Morey

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El TSJIB da el visto bueno al despido disciplinario del director académico de la Escuela de Arte Dramático de Baleares (Esadib), Pedro Fullana, por un comportamiento sexualizado continuado hacia sus alumnas. La sanción disciplinaria fue tomada por la institución en el año 2021, después de que una carta suscrita por 56 estudiantes alertara de la situación. Ese escrito motivó un informe del Ib-Dona que respaldaba la versión del alumnado y dio pie a unas diligencias de investigación por parte de la Fiscalía que fueron archivadas.

La Sala de lo Social considera demostrado que se trató de un comportamiento merecedor del despido. Destaca que Fullana, además de profesor era el director académico, lo que le daba un grado de «superioridad y autoridad» sobre las víctimas. También destaca que las conductas se dirigían sobre todo a alumnas que estaban en primer y segundo curso, «por tanto muy jóvenes».

El escrito de denuncia iba dirigido contra Fullana y otro profesor. Ambos fueron despedidos pero han tenido distinta suerte en sus reclamaciones judiciales. En el caso del otro docente, el TSJIB aceptó la reclamación en una sentencia pendiente de revisar por el Supremo pero que supuso un terremoto entre los laboralistas: incorporaba por primera vez un convenio de la Organización Internacional del Trabajo y sostenía que no se puede aplicar una sanción disciplinaria a un trabajador sin darle la posibilidad de defenderse.

En el caso de Fullana esto no ocurrió. El TSJIB valora que envió un largo escrito de contestación a los alumnos antes del despido, por lo que considera cubierto ese requisito. Una vez superado ese escollo, sobre el fondo del asunto los magistrados tienen pocas dudas de que la conducta del profesor sea de una gravedad suficiente para el despido.

Los episodios que los alumnos denunciaron se prolongaron durante meses. En todos ellos, Fullana hacía alusiones de índole sexual a alumnas o las inducía a ejercicios eróticos que provocaban situaciones de incomodidad. El profesor alegaba que se trataba de «juegos» pedagógicos para la formación de las alumnas. Los magistrados con comparen ese criterio sobre los 20 episodios ocurridos.