Hidrogenesse, que este sábado toca en Es Baluard, en una imagen promocional.

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Llevan más de un cuarto de siglo desplegando un art pop inteligente, de esbelto sonido y lírica sofisticada. Son Hidrogenesse, el dúo formado por Carlos Ballester y Genís Segarra, productores de mantras romántico-sexuales y autores de llenapistas situacionistas, que parecen haber encontrado un túnel de ida y vuelta a los años ochenta, década de experimentación y reinvención, como su propio archivo. Los catalanes son uno de los conjuntos que celebran este sábado el 20 aniversario de Es Baluard Museu d'Art Contemporani, y actuarán a las 22.00 horas.

Teclados, guitarras, aires techno y melodías pop. Hidrogenesse crea canciones que no pertenecen al género de lo prefabricado o inducido por avispados productores. Lo cual es todo un logro en estos tiempos en los que «los artistas se están convirtiendo en sus propios agentes de marketing», apostilla Carlos Ballesteros, cincuenta por ciento del dúo. Obsesiones incontenibles, incomprensión y arrepentimiento, certezas tardías, pequeñas catástrofes cotidianas y, al fin, la luz. La supervivencia in extremis, el amor y ‘otras gripes’, en fin... todas esas patologías que atormentan al común de los mortales conforman su universo argumental.

Para armar semejante repertorio tuvieron que despojarse de «los prejuicios», continua Ballesteros, quien reconoce que «al principio éramos un colectivo de personas que solo se relacionaba entre nosotros, tendíamos a pensar que lo que estaba bien era lo que hacíamos nosotros. Con el tiempo, nos hemos quitado esos prejuicios», reconoce. Su música, su puesta en escena y su propio atrezzo son cualquier cosa menos convencionales. Tampoco sus letras se pegan a la cotidianeidad. Y es que lo suyo no es pop de escuadra y cartabón, su lírica no engatusa por la vía de la identificación. De ahí que sus canciones no sean especialmente autobiográficas. Lo corrobora Genís Segarra: «Nunca hacemos canciones autobiográficas, me da mucho pudor incluso oírsela a los demás. Lo más autobiográfico que hemos hecho ha sido Dos tontos muy tontos, que es una forma de celebrar que un día decidimos crear en pareja», destaca.

Consumir

Reconoce Genís que el modelo actual de producir y consumir música «resulta agotador, es tan visual, tan inmediato... Tenemos amigos que nos piden que no hagamos videoclips porque solo quieren centrarse en la música». Música sin distracciones, la quimera inalcanzable de Hidrogenesse para combatir estos tiempos vacuos en los que «triunfa lo más ordinario, incluso cuando aparece alguien novedoso si te fijas aquello por lo que triunfa es por lo más ordinario», remata Segarra. Puede sonar a nostalgia por tiempos mejores, pero el artista lo rechaza de pleno, «que va, intentamos no ser nostálgicos, sobre todo del futuro, como esa gente que echa de menos una vida que nunca tuvo».

Quizá esa sea la clave de la atemporalidad de su repertorio, que atrae a oyentes de diferentes generaciones. «La música no tiene ni edad ni nacionalidad ni nada. Cuando yo era un chaval me gustaba la música de los 60. Ahora la gente consume igual K-Pop que a los Smiths, lo mezcla todo», detalla Segarra. «Bueno, en los conciertos es donde te enfrentas a tu realidad, ahí es donde ves realmente quien es tu público», zanja Ballesteros.