Sebastià Portell, presidente de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC), este miércoles en la rueda de prensa celebrada en Barcelona. | Carme Esteve / AELC

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Desde que se fundó en 1977, la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC) ha promovido la edición de dos estudios de Escriure en català, una en 2007 y otra en 2014. Ahora, la entidad presidida por el autor mallorquín Sebastià Portell, ha publicado un tercer informe para evaluar la situación profesional de escritores y traductores. Esta convocatoria ha contado con una participación récord de 665 autores (el 38,8 % de los socios). El estudio ya está disponible en la página web de la AELC, donde también se puede consultar el resumen ejecutivo del trabajo, que tiene 48 páginas.

Portell ha explicado a este periódico que «la junta directiva actual consideró que era una prioridad repetirlo», pues la información que aporta este estudio es «esencial para detectar las necesidades de los escritores y traductores y diseñar las líneas maestras de la Associació en los próximos años». La intención, a partir de ahora, es llevarlo a cabo cada cuatro años.

En este sentido, el informe concluye, entre otros datos interesantes, que el 22 % de los autores literarios se dedican a este oficio de forma exclusiva y solamente 1 de cada 4 percibe más del 15 % de los ingresos procedentes de la literatura respecto a los ingresos anuales. «A pesar de que es similar a lo que ocurre en otras literaturas europeas, son unas cifras más bajas de lo deseable. Todos los escritores y traductores que quieran dedicarse plenamente a su oficio deberían poder hacerlo, y actualmente no es una posibilidad para todos. Tienen que ver la minorización lingüística y la falta de grueso lector, pero también la precariedad laboral, la necesidad de establecer mejores prácticas en el ámbito editorial o más apoyo institucional en todos los territorios de habla catalana», razona.

Asimismo, en el análisis se diferencia entre escritores y traductores. «Los datos indican que los traductores son, en general, el perfil más profesionalizado, pues tienen un porcentaje más alto de dedicación exclusiva y suelen contar con más formación. Ahora hace falta mejorar las condiciones básicas de trabajo, como las tarifas, o consolidar la visibilización que se ha conseguido en los últimos años».

Según el estudio, la traducción significa para la mayoría de traductores, un trabajo; mientras que para los escritores, escribir significa sobre todo «una forma de vida». «Seguramente tiene que ver con el grado de profesionalización de cada perfil. Si la traducción es un oficio con más posibilidades de profesionalización es comprensible que muchos traductores perciban su labor como un trabajo, mientras que muchos escritores no la pueden concebir así porque la profesionalización habitualmente es más complicada para ellos. Con todo, el objetivo de la AELC es facilitar que tanto unos como otros puedan dedicarse a su oficio sin depender de otros trabajos, vinculados o no a la literatura».