Miquel Rayó presenta este viernes su nuevo poemario, 'Aquí diu vent' (Adia Edicions). | Jaume Morey

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Miquel Rayó (Palma, 1952) piensa mucho en el hecho de escribir, en la «dificultad de encontrar las palabras». «Aquí diu vent, pero quería decir que me sabe mal. Con las palabras ocultamos sentimientos que están ahí», señala el autor sobre su nuevo libro, que precisamente se titula así, Aquí diu vent (Adia Edicions). Lo presenta esta tarde, a las 19.00 horas, en la librería Quart Creixent de Palma junto a Amadeu Corbera.

Este poemario se nutre de reflexiones y pensamientos que Rayó escribió en dos cuadernos: el primero, entre enero de 2017 y noviembre de 2019 y, el segundo, entre mayo de 2020 y abril de 2021. Este es su tercer libro de poemas tras Llibre de minúcies y La nuesa del silenci –ambos publicados en 2017–, aunque confiesa que «siempre he escrito poesía a escondidas, en cuadernos. Cuando los termino, que pueden pasar diez años para ello, es cuando me planteo publicarlos».

Con todo, antes que eso, Rayó cosechó una gran fama como autor de libros para un público infantil y juvenil. «A medida que creces, interpretas. Vas pasando fases y las dejas atrás para abrir otras nuevas. Cuando me jubilé, hará unos diez años, escribí unos cuantos cuentos y relatos infantiles, pero ninguna editorial los quiso. Lo interpreté como que no era ese el camino que tenía que seguir.

Lejos de dejar de escribir, Rayó continuó haciéndolo, pero, a diferencia de «una persona descreída que pregunta al cielo», el escritor se dirige directamente a la naturaleza, que es «lo único que vale». «Es importante hacer bien las cosas, cuidarnos a nosotros y a los demás porque, al final, somos sustancias químicas y fuerzas físicas que funcionan», apunta.

En esta línea, reivindica también «la ternura que tanto nos falta», a la vez que agradece poder publicar, que es «un milagro». «Aquí hay una persona madura, con toda la inmadurez, las dudas y las frustraciones, pero alguien con mucha lectura y cierto oficio, con mucho camino recorrido y que todavía tiene ganas de observar y aprender».