Lilly Alonso y Camila Huisgen, en el patio de Can Prunera de Sóller, donde se celebrará el acto este jueves. | Jaume Morey

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Cuando Vicenç Sastre, consejero del Ferrocarril de Sóller, compartió con Lilly Alonso, que acababa de llegar a Mallorca desde Berlín, la historia del tren de Sóller y algunas leyendas de esta localidad, la entonces dentista quedó entusiasmada y decidió escribir una novela que se ambientara en este mismo lugar.

Así, inventó una trama protagonizada por el sargento Lluís Casasnovas que debía investigar un crimen que se producía, ni más ni menos, que en el propio tren de Sóller. Luego, Sastre la llevó al museo modernista Can Prunera y, cuando Alonso vio un cuadro de una rosa, supo que también tenía que incluirlo en la novela, de forma literal y también a través del nombre del gran amor de Casasnovas, Rosa. Un cuadro que, además, resultó ser obra de Camila Huisgen, también berlinesa y esposa de Sastre.

Cerámica de Camila Huisgen
Detalle de la exposición de cerámica de Camila Huisgen en el patio de Can Prunera. Foto: PERE BOTA

Combinación

Tres años después, las dos creadoras presentan en un evento conjunto los dos últimos títulos publicados por Alonso –el segundo de ellos, de la misma serie, se ambienta en el Firó de Sóller– y una exposición de una veintena de piezas de cerámica de Huisgen -que podrá verse hasta finales de octubre-. El acto, organizado por Can Prunera y la Fundació Tren de l’Art, arrancará a las 20.00 horas.

Además de compartir ciudad natal, Alonso y Huisgen aseguran tener en común el «entusiasmo y la felicidad de crear algo y hacerlo desde Sóller». De hecho, Alonso está ahora ultimando lo que será su cuarta novela –antes de las dos novelas negras ambientadas en Sóller escribió otra que transcurría en Semana Santa, pero en Palma– y que tendrá como eje conductor del crimen las naranjas. De momento, tiene previsto presentar sus proyectos en la Feria del Libro de Frankfurt. De momento, estas novelas están editadas solamente en alemán por el sello Heyne Verlag, que pertenece a Penguin Random House.

Por su parte, Huisgen, que llegó a Sóller hace ya 37 años, reconoce que ha empezado una etapa en la que se siente cómoda con la cerámica, aunque «también pinto algún cuadro, pues echo de menos la expresión del color que te da la pintura, algo que en cerámica se puede hacer pero es un proceso muy complejo».

En este sentido, la artista confiesa que, en un futuro, le gustaría crear su propio esmalte para cerámica, aunque todavía se considera una «aprendiz». En todo caso, esta diseñadora gráfica de formación afirma que la naturaleza, la montaña y el Mediterráneo inspiran toda su obra de «forma natural», pues su estudio se encuentra en Es Teix.