Vanesa Martín, en una imagen promocional.

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Con su voz suave pero inconformista entona canciones sin filtro que la han posicionado en lo más alto de las listas. Placeres y pecados es su octavo trabajo, en el que esta malagueña aguda y despierta, de ojazos avellana sepultados tras un prominente flequillo, multiplica sus vibraciones en el competitivo panorama del pop español, el más angular, ese que triunfa a este y el otro extremo del charco. Su pop es mestizo, nocturno y callejero, pero detesta las etiquetas, quizá porque su música apunta a un deseo de autenticidad en medio del pop estandarizado. El recinto del Mallorca Live Festival, en Magaluf, la acogerá este sábado 22 de julio, a las 22.00, dentro del ciclo de conciertos Es Jardí.

Vanesa Martín desborda sensualidad en el escenario, pero una que no necesita de transparencias ni escotes pronunciados, tampoco de vaivenes lascivos. Le basta su presencia y su voz, potente, matizada, soberbia, para encender pasiones entre el público. Pliegues de sensibilidad, fuerza y arrojo que la andaluza transforma en doce nuevas luminarias que sabiamente ha titulado Placeres y Pecados, porque ya se sabe que mejores placeres son los que saben a pecado.

Compuesto y grabado entre España y Miami por los arquitectos del sonido de Antonio Orozco, Jennifer Lopez, Marc Anthony, Ricky Martin, Alejandro Sanz, Pablo Alborán, Laura Pausini y Christina Aguilera. ‘Altos ingenieros’ de cabina se ocultan tras el repertorio como Julio Reyes, Tato Latorre y Vitto & Renzo, entre otros que aportan su diversidad y riqueza a este álbum que equilibra sonidos orgánicos con los matices de las producciones contemporáneas, remachando un conjunto que goza de una sonoridad plenamente actual. «Quería contar con productores latinos de Miami. La cosa ha ido bien, todo ha fluido desde una forma positiva», detalla la cantante. Que justifica la evolución musical que sufre cada uno de su discos al hecho de ser «muy perfeccionista».

Tránsito

En Placeres y pecados ha querido decantar su «filosofía de vida», haciendo hincapié en placeres como viajar, comer y el sexo. «Es un disco que habla del tránsito de la vida, de aceptar lo que viene, de pasión, despedida, sorpresas, aceptación, deseo, locura… habla de no tener miedo a seguir creciendo». Su agencia de management nos ha concedido diez escasos minutos al teléfono con ella, y antes de colgar le disparo una última pregunta: ¿La autenticidad es lo más difícil de conservar en un artista consagrado? «Es importante no perder el respeto al público ni al escenario, ni a ti mismo, no sentirte postiza. Hay artistas que cuando empiezan a triunfar es cuando empiezan a perderse», concluye.