Chuchito Valdés, durante el concierto en Son Marroig el miércoles. | Pere Bota

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No necesita presentación. Chuchito Valdés procede de un vasto linaje de pianistas: es hijo de Chucho y nieto de Bebo Valdés. Ha sido nominado a los Grammy Latinos en la categoría de Mejor Álbum de Jazz y Mejor Álbum Folclórico. El cubano es uno de los nombres propios del latin jazz internacional. Junto a la Camerata Deià, presenta su Suite Picassiana este viernes, en el Palau March de Ciutat (21.00), tras el éxito que cosechó el miércoles en Son Marroig, todo ello dentro de la programación del 45 Festival Internacional de Música de Deià.

Sin apartarse de la línea marcada por sus antecesores, con el ritmo innato del país caribeño corriendo por sus venas, Chuchito introduce elementos propios a su obra, elementos del jazz latino de este siglo, como el hip hop, que se entremezcla con el danzón, son montuno y el cha cha cha, entre otros muchos. Su trayectoria viene avalada por media docena de álbumes, innumerables actuaciones en los cinco continentes, y una larga lista de galardones y nominaciones. Chuchito es, a día de hoy, uno de los grandes maestros y embajadores de la música cubana.

Que a nadie confunda su apodo, ‘Chuchito’ le ayuda a diferenciarse de su padre. El pianista, compositor y arreglista no es un recién llegado a la música, a sus cincuenta y seis años goza de predicamento tanto en su país como en el resto del continente americano, sin embargo a diferencia de sus ancestros, es poco conocido en España. De ahí que su doble concierto en la Isla le servirá de escaparate para mostrar su fuerza rítmica, con la que ha conquistado escenarios de medio mundo.

En Suite Picassiana, Chuchito se inspira en Picasso, del que absorbe y transmite la belleza que el pintor encontraba en lo abstracto, para remitirnos una pieza que tenga una belleza similar a la de las pinturas del genio andaluz.