Mateu Bauzà, Maria Carbonero y Rafel Joan, tres de los cuatro artistas (junto a Rafa Forteza) que exponen en la 6A. | Pere Bota

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Cuatro nombres, cuarenta años de carrera cada uno, cuatro maneras de mirar la pintura, pero una misma palabra al hablar de la técnica litográfica: «Es mágico». Se trata de Mateu Bauzà, Maria Carbonero, Rafa Forteza y Rafel Joan, los cuatro nombres propios que se esconden detrás de IV, la exposición colectiva que el Taller y Galeria 6A (Carrer Puresa, 8) inaugura esta tarde, a partir de las 20.00 horas, para unir los talentos diferentes, pero complementarios, de unos artistas que consideran «de excelencia».

Las carreras de todos ellos les precede, pero lo que les une es el presente y las obras recientes que han estado trabajando en los talleres de la propia galería. Por su lado, Carbonero ha «regresado a la temática de los gimnastas», pero desde una óptica diferente. Joan, por su parte, ha llenado los lienzos de su mar buida. Forteza, ha extraído su inspiración de la abstracción que le caracteriza y sus colores vivos. Y Bauzà, finalmente, se ha rodeado de «silencio» para su búsqueda de un «monocromo no excesivo».

Todos ellos lenguajes pictóricos sumamente diferentes, pero una misma pasión y forma de trabajar: la estampación litográfica o el grabado. Explorada por algunos como «un blanco que voy manchando» de manera totalmente expresiva, como es el caso de Carbonero, mientras que otros se sienten mucho más atraídos por el aspecto conceptual «que va y viene del cuadro» y construye un andamio discursivo que sostiene la obra desde fuera de ella, pero dándole el protagonismo absoluto al color, tal y como relata Bauzà.

Libre

No menos libre es la búsqueda en la naturaleza de ideas antinaturales, como un mar sin peces donde estos flotan en el aire, o montañas que se funden con el agua, tal y como reflejan las pinturas de Joan, que se autodescribe como «directo y espontáneo» y que se mete «tan de cabeza» en la acción de pintar como en el mar en invierno si hace falta para hallar la inspiración. Mientras que Forteza sí se siente algo más condicionado por la técnica utilizada en su proceso creativo, aunque dominando tanto el medio que la condición se torna cualidad.

Como se aprecia, cuatro maneras diferentes de abordar una técnica que la propia Carbonero ayudó a importar a las Islas, siendo una de las impulsoras mismas del proyecto 6A que no ha dejado nunca de ser su casa y la de los artistas que hoy la acompañan ya que «siempre nos han tratado muy bien», recuerda Carbonero quien también habla de la «magia» de los 21 pasos que transcurren entre el inicio de la obra y su finalización: «Todavía me sorprende», concede que aspira ahora a sorprender al público junto a sus compañeros, como no, en la 6A.